Crisis final en el mundo capitalista

 

Por razones inexplicables, la imposición a nivel global del neoliberalismo y de su fenómeno consecuente de globalización tuvo un efecto desconcertante en el mundo intelectual de Occidente, ya que con escasas excepciones, la mayoría de los intelectuales se convirtieron en propagandistas y apologistas de dicho modelo económico.

Uno de los principales objetivos del neoliberalismo y la globalización era la reducción de costos de las empresas mediante el despido masivo de trabajadores (downsizing), de modo que al disminuir el tamaño de las empresas se propició una alza importante en el valor de sus acciones bursátiles que a su vez repercutió en una disminución de los empleos y en un aumento del nivel de pobreza.

Dicho de otra forma, el neoliberalismo y la globalización han sido los dos principales enemigos de los empleados y la causa fundamental de las actuales crisis económicas recurrentes, ya que además de bajar costos a través del ‘outsourcing’ y del cambio de domicilio hacia regiones del mundo con menos regulaciones fiscales y laborales se desarrollaron planes de automatización en los sistemas productivos de las empresas.

Por otra parte, con los nuevos patrones de seguridad implementados desde el supuesto ataque terrorista del 11 de septiembre, los costos de fletes aumentaron desmesuradamente y empezó a florecer la nueva industria de seguridad antiterrorista de alta tecnología.

Con este nuevo fenómeno del terrorismo inducido, los Estados Unidos crearon una nueva fuente de ingreso para su Gobierno, pero llevaron el desempleo a un nivel extremo que da origen a un proceso inicial de fragmentación o desglobalización para poder dar acomodo al gran número de desempleados dentro de las fronteras de cada país.

Al mismo tiempo que los Estados Unidos van creando un nuevo autoproteccionismo y la OTAN va en franco declive, surge el grupo de las naciones de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que es el primer síntoma visible de desglobalización o regionalización con nuevas áreas de influencia en todo el mundo.

Multipolaridad.- Aún cuando los Estados Unidos fomentó la globalización cuando surgió el orden mundial unipolar durante los años ochentas, ahora mismo la OTAN, la OMC y la ronda de Doha ya no existen, mientras que la aparición de los BRICS señala un claro camino hacia la desglobalización.

En este nuevo orden mundial multipolar se distinguen varios polos: el de China con su enorme área de influencia en el Sudeste Asiático y la región oriental de Africa; el de Rusia con su región caucásica llena de energéticos y la de Sudamérica, encabezada por Brasil.

Desde una visión geo-económica, no hay duda de que los BRICS son la primer potencia económica del mundo, con el 25% del PIB mundial, Estados Unidos tiene el 19% del total, China el 16% y se espera que supere a EUA en el 2016. Cuando esto suceda, el dólar ya no tendrá valor y habrá una crisis brutal dentro del sistema capitalista, mientras no surja una nueva divisa con aceptación mundial, aún cuando ya se iniciaron intercambios financieros (swaps) entre China y Rusia y entre Brasil y Argentina. En consecuencia se puede sintetizar el nuevo orden mundial actual en un orden nuclear bipolar, una economía multipolar y un orden financiero que continúa siendo unipolar con el dólar como única moneda mundialmente aceptada.

Africa y Oriente Medio.- Existen dos frentes de guerra muy definidos: uno en contra de Irán y otro en contra de Rusia y China, donde predomina la intención de contener la expansión de China, ya que Rusia está acotada por sus propias mafias nacionales, pero de todos modos la OTAN ya no toma el riesgo de atacar a Irán y Siria, ya que todos sus miembros están sufriendo una crisis económica muy grave y no pueden financiar los altos costos de una guerra abierta, sino que la racionan y la seleccionan mediante el uso de los ‘drones’.

El Imperio en descenso.- Aunque la ‘mass media’ de Occidente ha pretendido minimizar y devaluar al movimiento de ´los indignados’ en Europa y confundirlo con el de los de ‘Occuppy Wall Street’ en los Estados Unidos, lo cierto es que quiénes condenan al sistema financiero estadounidense cuentan con un 60% del total de la opinión pública que representa un nivel superior al de los simpatizadores de cualquier partido o líder político de los Estados Unidos.

Aunque así pretenden ver estos movimientos políticos los medios controlados por el Estado y lo líderes políticos y de opinión, no es posible homologar los movimientos de ‘los indignados’ en ambas regiones del mundo, ya que mientras los de España y Europa son patrocinados por los poderes fácticos del Estado, en los Estados Unidos no han podido encontrar a los líderes del movimiento, ya que se trata de un fenómeno social autónomo y completamente horizontal, aún cuando se hayan contratado a intelectuales a sueldo como Zigman Bauman para minimizarlos y considerarlos como un movimiento ’emocional´

El nuevo orden mundial.- Este fenómeno actual comprendido dentro de una gran crisis económica que está mezclada con la bancarrota del Estado y el surgimiento de una poderosa e incontrolable economía criminal ha traído como consecuencia que todos los aspectos materialistas de la vida del ser humano se hayan ido devaluando al mismo ritmo que van creciendo los valores espirituales.

Quizá, por ahora no exista un momento histórico preciso que señale el punto exacto en el que se inició el descenso de imperio estadounidense, pero es un hecho irrefutable que ha perdido gran parte de sus dominios territoriales en todo el mundo, además de que su influencia en la economía y en las finanzas mundiales está en su etapa terminal.

Casi todos los imperios de la Historia han tenido etapas similares de autodestrucción antes de su colapso final y los Estados Unidos no han sido la excepción al intentar preservar un sistema financiero inoperante que ha destruido a la economía productiva y el negocio de la guerra lejos de su territorio en América como fuente fundamental de ingresos para el Estado.

Ni las crisis financieras reiterativas, ni los fracasos bélicos en Irak y Afganistán lograron cambiar las mentes hipócritas y paranoicas de los líderes políticos del imperio en decadencia.

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