En el programa Cambios del arquitecto Benavides hace dos semanas fuimos entrevistados tres miembros de la fundación Sesgo (Ing. Alfonso Elizondo y Lic. José Luis Apodaca) para dar nuestras opiniones acerca de la violencia en nuestro país. Mi área de participación incluyó los aspectos neuropsicosociales de la violencia y en que forma la ciencia neurocognitiva podría ayudar a resolver este problema social endémico. Mi tesis, privilegiando la selección de grupo sobre la selección de linaje o parental, ha sido convalidada por argumentos de biología matematica (Martin Nowak 2011) y abordada también desde el ángulo antitético de la cooperación que es el conflicto, fue tangencialmente expuesta. El hilo argumental partía de que la cooperación evolucionaba en tres niveles, el genético, el neuronal y finalmente el social (podríamos hablar también de cooperación molecular), todos ellos diseñados (evito la palabra programados) para cooperar. Dejando claro que cuando las expectativas de los actores que se asocian para cooperar, no empatan, surge el conflicto cuya base es la trampa, antítesis del “Fair Play.”
Entre las preguntas que quedaron en el tintero por falta de tiempo, estaban la definición de conflicto y violencia, de manera que por este medio quisiera dar respuesta a esta y otras inquietudes de los que pacientemente me escucharon.
De acuerdo con la Enciclopedia Britanica Conflicto “es una situación que amenaza valores básicos y culturales causados por desajustes individuales a las normas o a las fallas existentes en la propia estreuctura social.”
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la violencia ” como el uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho, o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psiciológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.”
Finalmente Cooperación ha sido definida como “La acción simultanea de dos o más actores que obran juntos y producen un mismo o similar efecto”.
Dicho esto, era importante ahondar en las particularidades de la sociedad civil mexicana que tradicionalmente ha encontrado su bastión en la clase media y la cual yo señalaba como cómplice por su pasividad en mi libro “Cuadrivio” subtitulado Corruptofilia un gen cultural de nuestra sociedad (2009) al haber aceptado como un “acuerdo social” la corrupción y su consorte obligada la impunidad. Esto ha venido generando un apetito por esta conducta inmoral que he denominado corruptofilia, que se ha vuelto un hábito en nuestra sociedad, toda vez que la misma impunidad es un incentivo para propagarla.
He de señalar que en mi libro he explorado los prospectos de como los ciudadanos desarrollan su propia identidad en base a su cultura, antecediendo la primera a la segunda lo cual como apunta Wexler termina condicionando a los individuos de cada comunidad a ” desarrollar estructuras cognitivas internas consonantes con su propia cultura y que la aparición en ese ambiente de individuos de culturas diversas pensando y actuando diferente crearía una disonancia molesta entre realidades internas y externas”. Esta disonancia sería en primera instancia la causa de todos los conflictos, pues la necesidad del individuo de adaptarse antes de sucumbir, es un imperativo biológico. Apuntando que la crisis de inseguridad en que viviamos (en diciembre del 2008 cuando entrege al impresor mi texto para ser publicado estabamos en plena debacle economica mundial) y que ha escalado enormemente en la actualidad, es secundaria a una “Corruptocracia” muy similar a la existente en Italia en la epoca de las mafias cuando goberbaba Julio Anderoti y retratada en papel por el otro Julio, Schiapelli en su interesante libro “La Cleptocracia”. De igual manera criticaba la perversa dupla que se habia engendrado entre la fuerza del Estado y el poder economico de los empresarios que por su desvinculación con el pueblo habían fallado en la transformación social del país dejándoles a 40 millones de pobres sólo tres opciones “o emigrar al extranjero o instalarse en la economía informal o terminar en el peor y mas alarmante de los casos involucrándose en la delincuencia organizada”
Es un hecho que la sociedad civil no se arraiga de la misma manera en todas las comunidades, siendo su acción performativa distinta en el andamiaje de las instituciones (públicas o privadas) dentro de las cuales cobra sentido, con su consecuente robustecimiento o debilitamiento. Entre los factores que matizan este desempeño, ninguno es más importante que la cultura original donde ejerce su fuerza transformadora sobre el individuo, principio y fin de la cultura como lo apunto el Dr. Samuel Ramos. Ahora bien; las cadenas de la subordinación cultural son casi siempre más faciles de adoptar o más difíciles de romper que la subordinación económica formal (Hoggar 1992). Dicho de otra manera, el poder blando de la cultura y la subcultura (el narcotráfico y su consorte la violencia) se inserta con mayor celeridad que la coacción por el monopolio “legítimo” de la violencia que se le ha otorgado al Estado y si esta no protege los verdaderos intereses de la ciudadanía los espacios serán llenados por el otro monopolio, el de la narcoviolencia.
En la entrevista aludida hice mención que sólo hay tres estrategias para que se de la cooperación: La inducción o persuación, la coacción y la convicción. En nuestro cerebro es dable suponer qu se ha desarrollado un módulo para la cooperación que de ser neuronal (pensamiento) se vuelve social (conducta) y que aledaño a este módulo está el de la reciprocidad directa. La culminación de estas conductas de cooperación se dió con el establecimiento de un módulo por separado que es el de la comunicación hablada producto de lo que en este blog (fundacion Sesgo) hemos denominado como la primera revolución digital del cerebro que nos llevó más de dos millones de años desde que el homo Erectus apareció en la sabana sudafricana hasta hace 100 mil años cuando articulamos un lenguaje con gramática y sintáxis.
En este espacio hemos también hablado de las subculturas que como la del narcotráfico se ha vuelto una opción para adolecentes de 14 a 19 años que no encuentran opciones para obtener un trabajo y que forman parte de los pobres que subviven en México con menos de dos salarios mínimos incluyendo los 7 millones de Ninis a los que ha hecho referencia el Rector Narro de la UNAM que ni trabajan ni estudian.
En una reciente publicación del diario La Jornada (17 de Julio 2011) se menciona que el narcotráfico proporciona 600,000 empleos, y que la migración de 1.2 millones de mexicanos en los últimos años aunados a los más de 12 millones que existen en Estados Unidos cooperan con 600,000 millones de dólares a la economía estadounidense que equivale a casi 2/3 del PIB que conjuntamente producimos 114 millones de mexicanos que es de un millón de millones de dólares. Esto es un argumento indiscutible de la cooperación, pues no se explica de otra manera que un mexicano avecinado al norte del río Bravo produzca seis veces más que aquellos que vivimos en el suelo patrio.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos del 2010 (ENIGH) que es parte del INEGI, nos ha revelado que los mexicanos en dos años hemos perdido el 12.5% de nuestros ingresos y que un 66.3% de los mismos provienen de un trabajo subordinado, mientras que solo el 11.3% se genera por la realización de un trabajo independiente. Lo anterior desmiente las recientes declaraciones del Cordero de Calderon y del Ferrari de Poncho Romo, ministros de Hacienda y Economía respectivamente, que han dicho que somos menos pobres y que se puede comprar más en la actualidad con el salario mínimo. Cuando la realidad es que hace 40 años los dos deciles más pobres de la sociedad mexicana gastaban 38% del total de su salario en alimento y que eso aumento en 1990 al 44% para ubicarse en el 2010 en el 50%. Lo mas triste es que el 55% de los mexicanos (60 millones) viven con menos de 8,000 pesos mensuales y que un solo hombre Carlos Slim en Mexico gana en una décima de segundo esa cantidad y su capital representa mas del 7% del PIB de la nación.
Si los políticos hicieran unas horas de trabajo de campo denominada por sus siglas IAP (Investigacion Activa con Participación), se darían cuenta que muchas personas como el joven de la foto, un ingeniero , quien fue despedido de su puesto en la Industria de alimentos debido a recortes presupuestarios de la empresa donde laboraba, ha tenido que ingresar a la economía informal para poder alimentar y educar a su familia. Él, como millones de mexicanos, no sólo no han recibido los beneficios de esa macroeconomía que presume de 131 mil millones de dólares en reservas, sino que además ha tenido que lidiar con el acoso de la delincuencia organizada que lo invita a engrosar sus filas. Si a esto se agrega la fanfarria con que nuestros gobernantes anuncian sus proyectos que supuestamente benefician a estas personas, el coraje de la ciudadanía se dispara con justificada razón.
Para concluir mencionaré que en mi tésis de Cooperar para Progresar, que desde hace más de cinco años (Foro de las culturas de Nuevo Leon 2006) he difundido y en donde sostengo que ningun individuo puede progresar si no hay una cooperación de su parte hacia el grupo, ha sido validada recientemente Marzo 2011 por Corina Tarnita del grupo de Harvard, lo cual demuestra que ningún individuo que beneficie sólo a su progenie puede persistir como una isla de properidad aislado del grupo. Así mismo he apuntado que la cooperación depende de tres elementos básicos en su desarrollo que son la empatía, la cooperación directa o explícita y la cooperación indirecta o implícita, esta última exclusiva de los humanos, a través del lenguaje hablado.
Por último, la solución para generar una masa crítica de Cooperadores plus, se basa en la idea de utilizar a la ciencia como herramienta de transformación social, la cual con su performance bien direccionado podría resolver los conflictos sociales (Ciudades rurales sustentables, Islas de armonía Urbana y Núcleos de integridad ciudadana) y sacar de la indiferencia a nuestra sociedad civil que parece atrapada en un futuro sin salida y en donde si no se moviliza tendríamos después de las elecciones del 2012 políticos “de Oficio” en el poder: Pero de oficio en la cleptocracia. He de mencionar a Stuart Mill para cerrar este artículo quien nos dice que si queremos ver la calidad de aquellos que gobiernan nuestra sociedad debemos hurgar en la calidad moral de los individuos que la formamos, dicho de otra manera, es muy probable que el PRI vuelva a los pinos, pero tecnológicamente renovado usando no la simple aritmetica para robar si no la tabla de logaritmos. Ese es el gobierno que nos merecemos como ciudadanos mediocres por haber perdido nuestra identidad colectiva como personas honestas. Lo anterior continuará alimentando la desigualdad, la pobreza y el discurso del odio, con lo cual el resentimiento social y la espiral de violencia cuya causa principal es la corrupción serán el fuego que alimente el resquebrajamiento de lo que resta de nuestras endebles instituciones que terminarán siendo un repositorio de valores fracturados, que serán en cien años los restos del naufragio de lo que fue una gran nación.
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