A partir del final de la 2ª. Guerra Mundial, cuando se empezó a dibujar el nuevo modelo de Estado de dimensión global en el que se convirtieron los Estados Unidos, la complejidad de su Gobierno fue creciendo con gran rapidez. En muy poco tiempo se formó un nuevo tipo de Estado donde participaban los patrocinadores y creadores de los dos principales partidos políticos, así como sus dirigentes y los legisladores de dichos partidos, los jueces de todos los niveles, los líderes del Departamento de la Defensa y los jefes y altos dirigentes de las principales agencias de inteligencia (CIA, FBI y NSA) que muy pronto empezaron a generar organismos privados al servicio de los altos jefes que realizaban actividades con soldados mercenarios y militares propios que fueron por todo el mundo creando un modelo especial de terrorismo de Estado para crear a los enemigos que requerían los Estados Unidos para explotar con buenas excusas los recursos naturales de regiones lejanas con la aprobación de las autoridades trasnacionales vigentes, como la ONU y la OTAN.
Después de un siglo de operar en estas condiciones, el aparato económico, financiero y bélico de los Estados Unidos ha comenzado a tener graves problemas, ya que explotó por largo tiempo su condición de unipolar cuando era dueño del mundo y que solo se convirtió en bipolar durante el corto período de la ‘Guerra Fría’. Ahora ha empezado a caer en forma estrepitosa debido a varias causas claramente visibles: el alto costo de las guerras trasatlánticas dejaron al Estado sin recursos para seguir invirtiendo en sus industrias y en sus nuevos desarrollos tecnológicos; los funcionarios más voraces del Pentágono y de las agencias de inteligencia se apoderaron de la mayor parte del presupuesto del Estado y se enriquecieron brutalmente, los multimillonarios dejaron de pagar impuestos, las grandes empresas se trasladaron hacia el Lejano Oriente para no pagar impuestos, ni tener responsabilidades laborales y ecológicas, originando una enorme crisis de falta de empleo, combinada con un fuerte caída de los ingresos de la clase media y de las clases populares que ha causando falta de crecimiento económico y una fuerte división hacia el interior de los Estados Unidos, además de un total alejamiento de los principales países de Europa.
Mientras se fortalecen las naciones no capitalistas como China, la India y Rusia, algunos países profascistas como Japón y se va dibujando el esquema de un nuevo orden mundial plural, lleno de tensiones diplomáticas, amenazas bélicas y lucha por los metales preciosos y por los territorios que producen alimentos básicos.
Además del odio generado por esa cruenta actividad por más de cien años en todo el mundo, está la grave situación de que los actuales dirigentes de los Estados Unidos piensan que aún son los líderes del mundo y destaca el muy grave problema de que su economía, tiene varias décadas que ha dejado de crecer, por la sencilla razón de que las generaciones de estadounidenses creativos y audaces han pasado a ser personas adultas que ya no pueden trabajar solo buscan un buen espacio físico para pasar sus últimos días u ostentar sus riquezas quiénes fueron muy ricos. Mientras que las nuevas generaciones tienen otra visión del mundo que no pretende el éxito económico como sus anteriores, sino un determinado grado de libertad física e intelectual que les permita no ser ciudadanos de un solo País y ciertos paradigmas en la vida familiar y doméstica que los convierten en un lastre para una nación.
Por desgracia, su máximo dirigente actual pretende que los estadounidenses vuelvan a ser como lo fueron hace cincuenta o cien años con el trabajo de puros hombre de origen anglosajón y piel blanca. Prescindiendo de los grupos étnicos de inmigrantes que con sus capacidades manuales hicieron posible ese gran desarrollo que una vez tuvieron.
Al margen de su nueva dirigencia política, según los analistas de Forbes, ahora mismo se está creando la peor burbuja especulativa que ha habido desde la crisis del 2000 al 2002 que pone en grave riesgo la recuperación económica de los Estados Unidos y del mundo en general. Ya que los precios de las acciones en los mercados de valores están alcanzando niveles históricos máximos que no tienen relación alguna con la menguada realidad económica del presente.
Creen que eso se debe en gran parte a que no se cumplió la Regla Volcker de la Reforma Dodd-Frank que prohibía a los bancos realizar con capital propio operaciones especulativas o de ‘trading’. Y esta prohibición debió cumplirse al 100% para el 21 de julio del 2015.
Ese incumplimiento de la ley bancaria ocasionó que durante el primer semestre del 2015, las utilidades por especulación de los bancos comerciales cayeran en 1,400 billones de dólares con respeto al mismo período del año anterior, de acuerdo a las cifras de la Office of the Controller of the Currency del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, causando una profunda ruptura en el mercado financiero de los Estados Unidos y de todo el mundo occidental.
Adenda: Aterroriza a los expertos financieros el momento en que todo ese excedente de circulante pase a formar parte de los inflados activos de las principales firmas del mundo que operan con dinero especulativo y considera que esa inevitable situación daría como resultado la cancelación del orden monetario, comercial y financiero existente y se tendría que reconstruir un nuevo orden mundial basado en dinero metálico o en ‘bitcoins’.
La realidad es que los mitos que inspiraron la creación del mundo Occidental hace doscientos años han desaparecido por completo, mientras renacen y permanecen los mitos de la propiedad privada y del inevitable derecho a heredarlos por siempre que surgieron a mediados del período neolítico, cuando se crearon los primeros campos agropecuarios en la protohistoria de la civilización humana.