Se denomina como ‘clase media’ del actual capitalismo financiero de Occidente a un sector de la sociedad con un determinado nivel de consumo, no solamente de bienes y servicios sino también de acciones y servicios políticos. Este fenómeno social se origina a partir de que todo el sistema de publicidad y de educación en el Mundo Occidental se dedicó exclusivamente a inducir el aumento en el consumo de los empleados y trabajadores y evitar ‘de facto’ cualquier forma de pensamiento autónomo.
Como resultado de esta realidad oculta, la ‘clase media’ se convirtió en el sector de la sociedad actual que proporciona las bases para la estabilidad político-social de casi todos los Estados de Occidente. Otro factor que influyó de manera determinante en el crecimiento de este sector de la sociedad fue el desplazamiento de la industria de manufactura hacia los países del tercer mundo y el retorno de las ganancias de los empresarios trasnacionales hacia los países desarrollados.
A partir del principio de este siglo 21 ha surgido un serio problema con la ‘clase media’ debido a que su principal fuente de subsistencia ya no tiene relación directa con sus ingresos reales, sino que su existencia depende ahora del crédito sin control que surgió en los Estados Unidos a partir de los años 70 cuando llegó a significar hasta el 90% del PIB y se inició el saqueo de las colonias y naciones del tercer mundo.
En los inicios de los años 70 comenzaron los problemas y la dirigencia política y económica de los Estados Unidos llegó a la conclusión de que se tendría que aumentar el número de causantes fiscales de la clase media y la única forma hallada en ese momento histórico fue abrirles el crédito por completo a todos los integrantes de la clase social que no vivía de sus rentas.
En esa época los ingresos reales de todas las familias de empleados estadounidenses habían disminuido de forma considerable y hacia principios de los años 80 apenas correspondían a los ingresos familiares del 62 y el 63, por lo que la clase media se estancó, ya que además de tener que pagar sus seguros de salud y de vida tenían que realizar los pagos obligatorios de los créditos con sus intereses generados que los alejaban de poder tener una vida confortable.
Ante esa problemática de un ingreso fiscal cada vez menor, a principios de los 80 se empezó a implantar el modelo neoliberal denominado ‘reaganomía’, cuya intención no era tanto la liberación de la economía, sino el estímulo al consumo privado a base de crédito. El modelo inició con muchos problemas, ya que al principio había que devolver los créditos anteriores antes de otorgar uno nuevo, con la sola excepción de los créditos hipotecarios.
Eso ocasionó que no se lograra estimular el consumo durante varios años, sino que éste se desplomó de manera dramática. Entones se modificó todo el sistema de crédito para particulares, permitiéndose su financiamiento de forma encubierta, ya que al ser devuelto el crédito anterior se creaba uno nuevo y se exigían avales, principalmente de bienes inmuebles.
Para que no se acumulara la deuda con gran rapidez se iba rebajando el precio del crédito en forma continua hasta que la tasa de descuento del Sistema de la Reserva Federal, o sea el ‘encaje legal’ que había sido de 19% en 1980, para el 2008 disminuyó hasta ‘cero’. Después de que desapareció el ‘encaje legal’ el promedio de deuda por hogar estadounidense alcanzó el 130% de sus activos, cuando era de 65% antes de Reagan.
El hecho real de la clase media actual es que sus ingresos reales corresponden a los de principios de los años 60, mientras sus deudas son estratosféricas, por lo que al bajar el consumo de este sector de la sociedad también bajarán los salarios y cerrarán las empresas hasta regresar a los ingresos de los años 50, cuando los norteamericanos estaban acostumbrados a vivir precariamente y no existía aún la clase media que se inició con la propaganda generalizada del consumismo a través de todos los medios de comunicación masiva.
Aunque el presidente Obama ha planteado la posibilidad de regresar a los Estados Unidos gran parte de su industria trasladada al Sudeste Asiático, es obvio que esto no sucederá porque los grandes empresarios trasnacionales ya han sustituido los ingresos de sus industrias por las enormes rentas del capital financiero, sin tomar riesgos laborales, fiscales o ecológicos, mientras la economía productiva ha sido transferida mayoritariamente a China y a la India cuyos controles sobre la población trabajadora son muy efectivos y de costos muy bajos.
Ante esta situación, el colapso de la ‘clase media’ de Occidente es inevitable, no sólo en los Estados Unidos, sino en Europa, América y Oceanía. Al no encontrar una solución viable a este grave problema, todo conduce a que los Estados ejerzan un mayor control policial sobre el ciudadano promedio, hasta llegar a excesos fascistas o dictatoriales que destruirían sin duda al actual sistema económico-político de Occidente.
Adenda.- Desde una visión histórica totalmente pragmática, la nueva clase media norteamericana, denominada de los ‘baby boomers’ de principios de los 50 tuvo su origen en el proceso de reconstrucción de las naciones de Europa destruídas durante la Segunda Guerra Mundial y que propiciaron infinidad de industrias y empresas de todo tipo subsidiadas por el Gobierno Federal que crearon enormes riquezas y emplearon a gran cantidad de trabajadores, no sólo en los Estados Unidos, sino en varias naciones de Europa y en el Lejano Oriente. Aunque algunas ‘migajas’ se quedaron en México y el Caribe por la falta de regulaciones fiscales, laborales y ecológicas.
(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)