En 30 años China ha sacado de la pobreza a 600 millones de personas que equivalen al doble de la población de Europa. En los 20 últimos años su PIB mundial subió del 6% hasta el 16%. Y ahora, en medio de la pandemia del Covid-19 China la controla y hace crecer su economía como ningún otro país.
China ha recuperado su posición de líder mundial que perdió entre 1839 y 1949 con la invasión extranjera, la guerra con Japón, su guerra civil y la Revolución. Hoy China representa un tercio del gasto de investigación mundial, 3 veces más que EUA y tiene más Inteligencia Artificial que el resto del mundo.
En 2010 solo había un 1% de inversión extranjera y hoy casi es del 60%. Aunque tiene muchos problemas de contaminación y otros problemas muy difíciles como el de Hong Kong, Taiwán, Tíbet, grandes empresas estatales ineficientes y un sistema judicial obsoleto.
Pero China es un coloso en un ascenso constante. Los nuevos mandarines de Pekín saben que China es diferente, que su sistema no puede exportarse al resto del mundo. Está claro que dirigir a China no es fácil y cualquier error puede ser catastrófico para decenas de millones de personas.
Por lo que Biden, el presidente electo de EUA deberá negociar con Pekín sin tratar de imponer condiciones como solía hacerlo Washington. Ya que China será sin duda el líder mundial en lugar de los Estados Unidos.
Este siglo XXI es el del regreso de China al liderazgo mundial y es muy conveniente que el resto del mundo ya se dé cuenta.