Estas observaciones que hace el profesor Altman no significan que China esté destinada a tener un nivel de vida doméstica más baja que la de sus homólogos. Ya que pueden cambiar sus tradiciones en una cuantas décadas si llegan a entrar en juego fuerzas desestabilizadoras o revolucionarias que derrumben la autocracia del régimen político existente.
Está aún muy cercano el caso de Europa Oriental, cuando se desmoronó el socialismo de Estado y el bloque soviético. Al quedar muchos países a la deriva, todos ellos tuvieron que aferrarse a sus culturas y a sus mitos.
De modo que lograron formar algunas instituciones fundamentales para preservar sus economías.
Japón es el ejemplo perfecto de esta situación en el mundo, ya que se aferró a su cultura más antigua para dejar sin cambio alguno su crecimiento económico y la solidez de su Estado.
Algo similar pero en menor grado son los casos de Alemania, Reino Unido, Holanda y Australia.