En la primera mitad del 2020, el Reino Unido entró en recesión tras acumular 2 trimestres consecutivos de contracción económica con una caída del PIB de 2.9% entre enero y marzo y otra de 19% entre abril y junio.
En el tercer trimestre – de julio a septiembre, la economía salió de la recesión al crecer su PIB el 16%, cuando el Gobierno levantó las medidas de confinamiento, pero en el cuarto trimestre creció solo el 1% por el cierre de muchas actividades económicas.
De modo que la economía inglesa retrocedió durante el 2020 casi un 10%. Algunos expertos señalan que la caída anual del PIB nunca había retrocedido más del 4.1% en toda la historia de Reino Unido.
El Banco de Inglaterra redujo hace unos días hasta 1.2% la previsión de crecimiento económico. Además, decidió mantener sin cambio los tipos de interés en el 0.75%, ni modificó el plan de estímulo económico de 560,000 millones de euros para comprar bonos de deuda privada y soberana.
El índice de precios al consumo se situó en el 0.6% en diciembre, frente al 0.3% de noviembre debido al aumento del costo del transporte, ropa y artículos para actividades recreativas.
El desempleo británico se sitúa al nivel más alto desde el período de julio a septiembre según la ONS.