Desde el pasado noviembre, Downing Street inició una ofensiva para tratar de que Estados Unidos reanudara su relación diplomática y comercial con Reino Unido. Según confesión de Biden, él había respaldado la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, pero en estos momentos, cuando Londres depende de Washington más que nunca desde que terminó la Guerra Fría, Johnson necesita con urgencia firmar un acuerdo comercial con Estados Unidos, pero la actuación de Trump en su mandato ha dado paso a un menor apremio por parte de los Estados Unidos.
En los meses previos al referéndum del Brexit en 2016, Barak Obama, de quién Biden era vicepresidente había avisado que de romper con la UE, el Reino Unido ‘pasaría a la cola’ de las negociaciones comerciales y el hoy presidente Biden ha mostrado que no tiene prisa por reanudarlas.
Entre sus condiciones figura una demanda muy delicada, ya que Estados Unidos exige solución al contencioso abierto con Bruselas por el denominado Protocolo de Irlanda del Norte que evita una frontera con la República de Irlanda, considerada vital para la paz en el territorio y que el premier quiere renegociar de raíz.