Muy complejo para los ciudadanos entender el origen y la composición de la deuda neolonesa, pero percibimos al nuevo gobierno sin recursos para atender los grandes requerimientos de obras de inversión que apremian al estado, y observamos resistencia a renegociar para obtener más por la vía de los créditos. Por otra parte sabemos que debemos mucho pero no conocemos con precisión cuánto se gastó, en cuáles obras, y a quién se le debe.
Es del dominio público que la deuda de nuestro estado se ha incrementado desde 8.4 miles de millones de pesos (MMP) en 2003 (período de Fernando Canales), hasta 60 MMP en 2015 (Rodrigo Medina); con un valor acumulado de 27.2 MMP al 2009 (Natividad González).
Consideramos importante aclarar que renegociar deuda con créditos a 20 años y una tasa de interés del 10% anual, implica multiplicar por 2.35 el monto total a cubrir; y en solamente 6 años se pagan amortizaciones e intereses equivalentes a 70% de la deuda inicial contraída. Esta realidad matemática nos lleva a calificar de irresponsable e inmoral contraer créditos a largo plazo con interés del 10%, si las tasas internacionales se ubican en 1%. (El gobernador Medina pretendió ejecutar el proyecto Monterrey VI con un costo de 15 MMP y pagar en 30 años 50 MMP)
Ante la falta de información pública puntual, hagamos un ejercicio de estimación para referencia ciudadana: Considerando las etapas de incremento de la deuda hasta alcanzar 60 MMP, es probable que desde el año 2003 se hayan pagado 20 MMP en amortizaciones e intereses. Ahora surge la pregunta obligada: Cuánto sobre lo adeudado realmente ejercieron en obras y servicios Fernando Canales, Natividad González, y Rodrigo Medina. Podríamos asumir que respectivamente gastaron, 2 MMP, 8 MMP y 14 MMP. Ejercer 24 MMP de gasto real, y obligarse a pagar 80 (20 + 60) MMP sería una gran tragedia, porque el factor multiplicador es 3.3.
Pero aún faltaría precisar en cuáles obras se gastó cada gobierno la cantidad ejercida, para poder evaluar su eficacia administrativa, analizando costos unitarios y acierto en las obras seleccionadas. Nos preocuparía también que una parte importante de los créditos se haya destinado a los gastos de operación.
Sería interesante que el actual gobernador Jaime Rodríguez, pudiera informarnos puntualmente en un par de cuartillas, sobre cuáles obras o servicios condujeron a la deuda de 60 MMP, y la proporción del gasto en inversión y operación, para evaluar el comportamiento real de las finanzas estatales: Estaríamos mejor informados y evitaríamos algunas especulaciones mostradas en esta nota.