En sus declaraciones de la noche del lunes pasado, Trump trató de engañar a su país diciendo enormes farsas sobre los graves disturbios sociales de origen racial que se están viviendo desde hace varios días en Estados Unidos.
Dichas protestas son por la muerte en Minneapolis (Min) de George Floyd, un negro norteamericano a manos de un policía blanco. Desde el asesinato de Martin Luther King en 1968, nunca se habían desatado oleadas callejeras de esta magnitud.
Trump ha pedido a los gobernadores de los estados que se hagan ‘del dominio de las calles’ y frenen a los protestantes. Por su parte, la Casa Blanca ha decidido ‘movilizar a todos los recursos civiles y militares disponibles’ Ha dicho que miles de soldados armados saldrán a las calles de Washington.
Ha declarado Trump que todos los actos de protesta serán considerados como ‘terrorismo interno’ y los ha calificado como una gran deshonra para el país.
Unos minutos antes de su declaración, la Policía había dispersado a los manifestantes que se concentraban frente a la Casa Blanca con balas de goma y gases lacrimógenos en Lafayette Square.