Reseña de “La izquierda regiomontana de los años 60s”, de Alfonso Elizondo.

“La izquierda regiomontana de los 60’s” de Alfonso Elizondo nos sumerge en el vibrante panorama político y social de Monterrey durante una época de significativa efervescencia ideológica. A través del relato de Adrián, un personaje recurrente en las obras de Elizondo, el ensayo explora la influencia y el impacto de las ideas izquierdistas soviéticas en la capital de Nuevo León, tejiendo un complejo retrato de un momento histórico en el que el comunismo y sus ideales buscaban afianzarse en un territorio marcado por sus propias contradicciones y luchas.

El ensayo inicia con un panorama del auge del movimiento sindical y la adopción de la ideología comunista en importantes sectores laborales de Monterrey, como La Maestranza y los Ferrocarriles Nacionales de México. Este fenómeno no se limita al ámbito laboral; penetra en los círculos académicos y profesionales, donde destacados intelectuales y profesionistas nuevoleoneses se convierten en portavoces y defensores de la doctrina comunista, influenciados por las políticas de Lázaro Cárdenas y el contexto internacional de la Guerra Fría.

A través de las vivencias de Adrián, Elizondo logra capturar la esencia de un Nuevo León en el que conviven, a veces en tensión, las corrientes progresistas inspiradas en la Ilustración y un grupo más radicalizado que ve en el marxismo-leninismo la promesa de un futuro más justo. La narrativa es enriquecida con referencias a figuras reales de la izquierda regiomontana, como el Dr. Angel Martínez Villarreal y el Dr. Eduardo Aguirre Pequeño, entre otros, quienes son presentados no solo como ideólogos, sino como personas de profunda convicción ética y compromiso con su comunidad.

El personaje de Adrián, situado en el corazón de este torbellino ideológico, se convierte en un observador privilegiado de los debates y las luchas que definen su tiempo. Su interacción con el profesor Christian Brunett y el poeta Pedro Garfias, así como su participación en “El Librepensador”, un organismo dedicado a la promoción de las artes y las humanidades, proporcionan un testimonio valioso de la riqueza intelectual y cultural de la época, así como de los dilemas y desafíos que enfrentan aquellos comprometidos con la transformación social.

Elizondo no se limita a ofrecer un relato histórico; profundiza en las contradicciones inherentes al intento de aplicar el modelo soviético en México, un país con una realidad socioeconómica muy diferente. La crítica de Adrián al comunismo soviético, informada por sus conversaciones con Brunett y su admiración por Camus, refleja una búsqueda de alternativas que superen la violencia y el dogmatismo, anticipando el eventual colapso de la Unión Soviética y cuestionando la viabilidad del socialismo en un mundo cada vez más dominado por el sector servicios y la especulación financiera.

“La izquierda regiomontana de los 60’s” es una reflexión sobre la posibilidad de una convivencia más armónica y justa, alejada de las fallas del capitalismo desenfrenado y de los excesos del comunismo autoritario. El ensayo cierra con una mirada hacia el futuro, en la que Adrián, ya envejecido, mantiene la esperanza de que emergan nuevas formas de organización social que prioricen lo espiritual sobre lo material, sugiriendo que los cambios más profundos y duraderos quizás se encuentren más allá de las ideologías políticas tradicionales.

En su conjunto, la obra de Elizondo es un testimonio vibrante de una época de cambio, un homenaje a aquellos que lucharon por sus ideales en busca de un mundo mejor, y una invitación a reflexionar sobre los caminos que aún están por explorarse en la búsqueda de una sociedad más justa y equitativa.