Psicología y Mentes

Aunque el eminente psicólogo estadounidense Paul Eckman creó hace varias décadas la idea de que existen seis emociones básicas en el ser humano que son la tristeza, la felicidad, el miedo, la ira, la sorpresa y el asco. Un reciente estudio científico publicado en ‘Current Biology’ y realizado por investigadores de la Glasgow University de Reino Unido concluye que las emociones básicas del ser humano no son seis, sino solamente cuatro.

Dichos resultados fueron obtenidos mediante la observación de los distintos músculos de la cara, a los que los científicos han denominado ‘Unidades de Acción’; así como el tiempo, durante el cual cada músculo realiza una contracción o una relajación. Aunque esta investigación ha sido un gran comienzo en el estudio objetivo de las expresiones del rostro humano, no hay duda de que surgirán más dinámicas de investigación, gracias a estas plataformas de análisis que desarrolló la Glasgow University.

Los científicos del Instituto de Neuro Ciencias y Psicología de dicha Universidad piensan que aunque las señales de expresión faciales de felicidad y de tristeza son diferentes de principio a fin, el miedo y la sorpresa comparten una señal básica, al presentar los ojos totalmente abiertos al principio de que se generen ambas expresiones. Del mismo modo, el asco y la ira tienen el síntoma en común de la nariz arrugada en los primeros instantes que se emiten, los que podrían ser los restos de una señal ancestral de los seres humanos primitivos cuando estaban e peligro.

Según el criterio de la investigadora independiente Rachael E. Jack, los resultados son coherentes con las predicciones evolutivas. O sea que las señales faciales están diseñadas por influencias evolutivas, tanto biológicas como sociales con el fin de tener una función más adecuada al momento de que ocurre. También dice Rachael E. Jack que las señales de reacción ante el peligro confieren una ventaja al ser humano facilitándole una reacción rápida. Por otra parte, la nariz arrugada no permite la entrada de las partículas perjudiciales que flotan en el aire al cuerpo del ser humano en peligro, mientras que los ojos totalmente abiertos incrementan la percepción de información visual que luego se utilizará para huir.

Con el paso de muchas generaciones, de acuerdo a como el ser humano se desplazaba en el espacio del Planeta, la diversidad socioecológica promovió la especialización de ciertas expresiones faciales que antes eran comunes a todos los humanos, pero fueron variando con las diversas etnias y culturas.

Por otra parte ha surgido una nueva tecnología de punta para analizar los movimientos faciales involucrados en las emociones. En un software de Philippe Schyns, Hu Yu y Oliver Garrod llamado Generative Face Grammar se usaron cámaras para capturar una imagen en tercera dimensión de los rostros de personas que habían sido entrenadas para movilizar los 42 músculos faciales de forma independiente. Con esa información, una computadora moderna es capaz de generar expresiones faciales concretas o aleatorias en un modelo tridimensional fundamentado en la activación de distintas Unidades de Acción para reproducir cualquier expresión facial.

A quiénes participaron en estos estudios se les pidió que observaran al modelo tridimensional conforme se iban mostrando diversas expresiones faciales, anotando que emoción se expresaba en cada ocasión. Y los científicos discriminaron las Unidades de Acción concretas que en cada caso los participantes asociaban a una emoción específica. Con dicho análisis descubrieron que las señales faciales de miedo/sorpresa y de ira/asco se confundían en un principio y se volvían reconocibles unos instantes después cuando entraban al juego otras Unidades de Acción.

Al parecer, los científicos que hicieron esta investigación se han propuesto desarrollar esta línea de estudio de las expresiones faciales en distintas culturas, incluyendo poblaciones de Asia Oriental, que según algunos académicos interpretan de forma diferente algunas de las emociones clásicas enfatizando los movimientos de los músculos oculares en vez de los de la boca como se hace en Occidente.

Adenda: Estos nuevos hallazgos tendrán que ser comparados en diferentes culturas, para poder determinar con cierto grado de certeza los gestos faciales que están asociados a ciertas emociones.