Según declaración pública del General norteamericano Wesley Clark, el Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS) autonombrado ‘Califato’ universal es una operación de inteligencia encubierta del sionismo anglo-israelí. Su esencia ha sido la de crear un aparente ‘enemigo’ para poder justificar ante la opinión pública global una agresión a un objetivo predeterminado. Algo similar a las estratagemas de los emperadores del Imperio Romano. Como cuando Nerón mandó quemar Roma a escondidas para culpar a los cristianos y poder perseguirlos y aniquilarlos por una causa justa. Otro tanto hizo luego el emperador Diocleciano en el siglo III dC.
Desde 1898, los judíos y los norteamericanos usaron esa misma táctica cuando hundieron su propio barco USS Maine utilizando un artefacto explosivo que ellos mismos pusieron dentro del barco, echando la culpa a España para poder entrar en guerra contra ella y apoderarse de Guam, Puerto Rico e Islas Filipinas. Años después se encontró al USS Maine en el fondo del mar y se determinó que la explosión había venido desde adentro del barco y no de un misil externo. Pero no les importó haber asesinado a 266 soldados estadounidenses en dicho evento planeado por su departamento de inteligencia.
Otro tanto sucedió en 1941 con el ataque a Pearl Harbor, basado en un memorándum falso que había elaborado el coronel Mc Collum cuando se desempeñaba como director de la Oficina Naval de Inteligencia de los Estados Unidos en el Este Asiático. Dicho memo había sido enviado al Presidente Roosevelt desde octubre 7 de 1940 y sugería ocho posibles acciones para justificar la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial luchando contra Japón. Una de ellas era la de atacar a su propia base en Pearl Harbor. En esa ocasión la inteligencia estadounidense asesinó a 2471 marinos connacionales.
Según la gran mayoría de los expertos mundiales en asuntos de inteligencia, el operativo falso más sofisticado de la historia de la inteligencia estadounidense fue el auto ataque a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre del 2001, cuando un grupo anónimo de los servicios secretos de la CIA, el Mossad de Israel y el ISI de Paquistán fueron cómplices del Pentágono y del Gobierno de Washington al organizar un evento mediático espectacular que justificó la invasión de Iraq y de Afganistán, así como la denominada por los ‘halcones’ del Pentágono ‘guerra mundial contra el terrorismo’. Entonces los Estados Unidos sacrificaron alrededor de 3,000 civiles nacionales, mientras que a los judíos que operaban en esos edificios se les había dado el día libre.
Ahora mismo, mediante la información de las redes sociales, todo mundo conoce que Al Qaeda fue una fabricación falsa para justificar ‘la lucha antiterrorista’. Asimismo se conoce que Bin Laden era un doble agente de la CIA y que lo sucedido el 11 de septiembre del 2001 fue un trabajo oculto de la inteligencia occidental. Según palabras textuales de Robin Cook, quién era el Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido ‘No existe ningún grupo islámico o terrorista llamado Al Qaeda. Todo mundo lo sabe. Pero existe una campaña del Pentágono para hacer creer al público que hay una entidad identificada con ‘el mal’, sólo para llevar al televidente a aceptar una guerra contra el terrorismo. El país detrás de esa falsa campaña es Estados Unidos.’
En las redes sociales se divulga desde agosto del 2012 que el Mossad israelí y la CIA crearon el grupo terrorista Al Nusra para derribar al gobierno sirio y en el 2013 lo hizo Israel para involucrar a Irán y Siria en el conflicto y provocar un ‘choque de civilizaciones’ entre el Islam y Occidente y dar a Israel una supremacía total en el Medio Oriente. Ese mismo plan del ‘falso enemigo’ lo utilizó Israel para ocupar poco a poco a Palestina, creando el grupo terrorista Hamás contra Yasser Arafat, ideado por la entonces hábil Primera Ministra de Israel Golda Meir. Luego Israel usó a Hamás para justificar la masacre de Gaza y en agosto del 2014 asesinaron a más de 2000 palestinos con la excusa de que habían matado a tres jóvenes judíos.
Según Steven Kelley, excontratista de la CIA, ISIS es otra gran falsedad de la inteligencia anglo-israelita para justificar su agenda de crecimiento territorial en el Medio Oriente. Mediante infinidad de fotos en la Red es conocido que el líder del ISIS el Califa Abu Bark Al Bagdadi es un agente doble del Mossad cuyo nombre real es Simón Elliot. Se sabe que es hijo de padres judíos y que fue entrenado en Israel por el Mossad para llevar a cabo dicha tarea de expansión territorial de Israel. Según información publicada por el ex agente de la NSA (National Security Agency) Edward Snowden, en la creación del ISIS han colaborado el Mossad israelí, el M16 del Reino Unido y la CIA.
Según el diario turco Aydinik, alrededor de 20 oficiales del Mossad israelita dan apoyo de inteligencia militar al ISIS, con la constante expulsión, martirio y hasta crucifixión de cristianos. El plan de Israel y de su socio Estados Unidos es balcanizar el Medio Oriente atrayendo extremistas de todo el mundo para hacer creer a los jefes militares de todas las naciones que esos terroristas son una amenaza para Israel y luego poder destruirlos facilitando la apropiación de territorios y así lograr el proyecto del ‘Gran Israel’. Dicho plan está ligado con los acontecimientos en Ucrania que son una provocación para involucrar a Rusia en el conflicto iniciando una guerra de grandes dimensiones.
Esta guerra provocada sería el último paso para establecer un nuevo orden mundial. Se justificaría la transformación del orden nacionalista actual en un estado global con una política única y con una economía y un gobierno centralizados. El ISIS fue diseñado y financiado por los servicios secretos del Mossad israelí, la CIA y el M16 para crear un conflicto explosivo entre los sunnitas y los chiitas, entre árabes y judíos y entre Occidente y el Eje China- Rusia.
Adenda: Se trata de un proyecto muy viejo que se inició desde el año de 1913, cuando los judíos se apoderaron del Banco Central de Nueva York y hasta ahora siguen siendo los dueños de la mayor parte del dinero que circula en el mundo a través de Wall Street. No hay trazas de que el dólar americano sea desplazado por ninguna otra moneda del mundo en el corto plazo, ya que Occidente ha formado una barrera contra el ‘renminbi’, la moneda china aceptada hace unos días por el FMI, el Banco Mundial y los demás organismos trasnacionales que controlan las operaciones financieras, comerciales y económicas del mundo actual. La única grieta visible contra Wall Street, Washington e Israel es la reciente alianza financiera con China del Reino Unido, de Alemania y de Holanda.