Dice Pippa Moore que la rapidez con la que se calienta el agua en lugar de su temperatura final es lo que resulta más perjudicial para los organismos marinos. Ya que esa tasa de aumento de calor es demasiada rápida para que la fisiología de los organismos marinos les puedan hacer frente.
Una reducción de la tasa de crecimiento conduce a un mayor riesgo de enfermedades y a una mayor mortalidad. Aunque para los leones marinos y otras criaturas los efectos pueden ser indirectos.
La ola de calor puede causar que una fuente de alimentos muera o emigre y puede provocar la proliferación de algas tóxicas que pueden matar a los peces y a los seres humanos.
La ‘mancha’ en el Pacífico puede haber influido en los patrones climáticos de la Costa Oeste empeorando la sequía de California.
La ola de calor del 2012 en el Atlántico afectó la cosecha de langosta del Golfo de Maine y aumentó las tensiones comerciales entre Canadá y los Estados Unidos.
Existen muchas razones por las que se forman olas de calor – dijo Moore – incluyendo las interacciones a gran escala entre el océano y la atmósfera como sucede con el fenómeno ‘El Niño’.
En el presente ‘La Mancha’ se vio afectada por una cresta de aire a alta presión sobre el oeste de América del Norte que permite al aire estancado mantenerse sobre el océano y produce un rápido calentamiento.