Con respecto al pronóstico bélico del presente, los Estados Unidos no ha sido un espectador inocente, ya que el desprecio de Trump hacia los derechos humanos y su afición malsana a la diplomacia transnacional han dado una marca muy negativa al mundo actual. Al igual que el incumplimiento de los compromisos internacionales de Estados Unidos, rompiendo el acuerdo nuclear con Irán y amenazando con sanciones económicas a los países que decidan respetarlo. También da a entender que abandonará el Tratado de Fuerzas Nucleares de Aliance Intermedie si no se cumplen sus obligaciones. Y dice con arrogancia que ni Estados Unidos ni sus amigos tienen porqué rendir cuenta de sus actos.
Existe un grave peligro de que la batalla campal actual en el mundo pueda provocar una reacción inesperada de otras potencias bélicas si no hay ningún país que quiera hacer el papel de árbitro.
Pero no todo el mundo se sale siempre con la suya. Aunque parecía que Bangladesh iba a devolver algunos refugiados a Mynamar finalmente se detuvo. También se ha controlado una posible ofensiva saudí en el puerto yemení de Hadeida por temor a las repercusiones humanitarias y al deterioro de su prestigio internacional.
Algunos dirigentes que pensaban actuar con impunidad se han sorprendido al ver la gravedad de las reacciones, las duras sanciones y las muestras de unidad de las potencias occidentales después de la adición de Crimea y del asesinato de un antiguo agente en suelo británico o el susto del príncipe saudí Mohammed bin Salman ante la indignación ocasionada por el asesinato de Khashoggi.
El hecho real es que el orden internacional que conocemos está descomponiéndose y no se ve claro lo que vendrá a sustituirlo. Pero es una realidad incontrovertible que la lista de 10 guerras que pronostican el Consejo de Seguridad de la ONU y la Corte Penal Internacional van a ser muy caras y muy peligrosas.
Adenda: Todo esto contradice por completo los proyectos de China y la India que dicen ya no habrá más violencia, más destrucción y más contaminación en sus visiones del mundo más recientes.
En tanto que Estados Unidos y lo que queda de Occidente solo piensan en los procesos electorales del 2020 para seguir en sus puestos de poder y así prolongar sus centenarios períodos coloniales en los que controlaron a todo el mundo