Han sido muy notorios y profundos los cambios experimentados en los procesos políticos de todo el mundo actual, a partir de que la tecnología digital ha ido modificando todas las formas de comunicación entre los seres humanos. Desde la palabra oral y escrita hasta el cine, la radio, la televisión y ahora la voluptuosa hipermedia. Sin hipérboles puede decirse que los grandes cambios que han acontecido en los procesos políticos en el mundo obedecen, más que nada, a una reconfiguración inesperada y rápida de las principales expresiones de la vida del ser humano en sociedad. Desde la familia y la vida doméstica, hasta las fórmulas religiosas, de cultura colectiva, de medios de transporte, de comunicación y de modelos políticos, económicos y financieros. Sin olvidar la percepción del arte, el pensamiento científico autocrítico, los nuevos paradigmas y la increíble reconfiguración del cerebro de las nuevas generaciones. Particularmente la nacida en los primeros años del siglo 21, conocida como la Generación Z.
A grandes rasgos se identifican cinco diferentes formas de sociedades en el mundo actual, empezando por el decadente mundo de la democracia occidental que enfrenta una profunda crisis económica y financiera desde el 2008 sin poder encontrar una solución práctica; el exitoso híbrido de capitalismo, comunismo y democracia creado por la autarquía China en los últimos 35 años que ha generado la más numerosa clase media del mundo actual, sacando de la pobreza extrema a más de 300 millones de pobladores en menos de 20 años; también se advierte la decadente dictadura rusa, sin más recursos que el manejo de los energéticos para Europa y la provocación constante a Occidente para impulsar su negocio de las armas; la mesiánica y paranoica visión del mundo en los países islámicos con una demografía creciente, generando problemas en todo el mundo a donde emigran por falta de recursos y finalmente las naciones en vías de desarrollo, con grandes potenciales para crecer e integrarse al mundo global, como la India, Brasil, Chile, Argentina, Australia y Sud Africa.
Totalmente al margen del desarrollo económico y cultural del mundo actual se encuentran los residuos de las que fueron colonias de los grandes imperios de Francia, Reino Unido y los Estados Unidos, sobreviviendo en condiciones paupérrimas con las migajas que por compasión y conveniencia les brindan algunos organismos trasnacionales, realizando labores similares a las de las bestias de carga a nivel de esclavos para la explotación de sus recursos naturales en la gran mayoría de los países africanos, en algunas regiones del Medio Oriente, en el Sudeste Asiático y en las naciones de América Central y el Caribe que fueron colonias de los Estados Unidos.
Pero el hecho más sorprendente en este escueto panorama geopolítico del mundo actual, es que las naciones con mayores problemas para continuar con sus gobiernos tradicionales son los Estados democráticos, donde el ciudadano libre expresa mediante el voto su voluntad personal de apoyar a un determinado candidato para gobernar. Mientras que en las autarquías, monarquías o dictaduras no existen problemas de selección de autoridades, aun cuando hayan sido escogidas por una persona o por una pequeña minoría.
Ahora mismo no hay duda alguna de que la transmisión del poder político sigue los mismos procedimientos simbólicos de siempre, desde que los dirigentes de un país eran seleccionados por sus dioses, por lo que es muy importante el grado de credibilidad en la mitología y creencias de cada región o país para que los gobernados acepten a los dirigentes que fueron designados por una minoría. Lo que hace pensar que la supuesta democracia, donde es una mayoría la que elige a los gobernantes, no deja de ser un mito creado por los pensadores de la Ilustración, quiénes erróneamente suponían que los pensamientos y las conductas positivas predominaban en el manejo de los Gobiernos democráticos, cuando en la realidad siempre han sido las conductas negativas, como la vanidad, la maldad, la venganza, la frivolidad y el deseo de dominar las principales características de quiénes han gobernado a lo largo de la historia.
El otro elemento que más influye en el fracaso de los gobiernos actuales de los países democráticos es sin duda la enorme libertad personal que han adquirido todos los individuos del mundo mediante el cambio de los procesos de comunicación y de control de las emociones personales mediante el uso de la tecnología digital. Donde las nuevas generaciones se van desvinculando emocionalmente de sus familias, de sus amistades, de sus parejas y de sus historias particulares que solo tienen duraciones efímeras y pueden ser desechadas en cualquier momento. Otro tanto sucede con las vivencias artísticas, con los mitos y con las culturas colectivas tradicionales de una determinada región o etnia.
Se podría concluir que conforme las naciones o grupos de naciones se van alejando de los mitos religiosos que les impusieron durante su infancia va bajando el interés de la población en sus gobernantes y en la forma de elegirlos, ya que va apareciendo otra realidad en sus cerebros que proviene de un nuevo mundo que ya se está formando, donde los paradigmas y las emociones de las generaciones anteriores han ido desapareciendo para dar entrada a un mundo nuevo, con menos emociones, con menos sufrimientos y con nuevas formas de convivencia en un mundo más pacífico y más bello.
Ahora mismo no sería muy arriesgado suponer que las naciones de mayor desarrollo, en función de lo antes mencionado tendrían que ser China, la India y las naciones en vías de desarrollo como Brasil, Chile, Argentina, Australia y Sud Africa, mientras que los países de Occidente seguirán a la baja durante muchos años más, Rusia sobrevivirá con el negocio de las armas y los países del Islam seguirán viviendo el estúpido mito de Mahoma y del pleito eterno entre sus descendientes, si no son echados de los países en donde causan problemas.
Adenda: Es muy probable que China cree un nuevo sistema financiero mundial, cancele en definitivo los conflictos bélicos internacionales y proporcione los elementos para configurar un nuevo orden mundial que ya no esté manipulado por la dupla megamillonaria de los Rothschild y los Rockefeller en sociedad con los empresarios de la Guerra.