Mientras siga la recesión, las personas seguirán explorando nuevas habilidades en sus casas, entendiendo la economía doméstica y tratando de ser más eficientes con el dinero. Voverán las amas de casa a sus labores administrativas del hogar para generar bienestar a todos los integrantes de la familia.
No sorprendería que en este momento de crisis mundial, alguno de los desempleados terminen dedicándose a que la familia sea productiva.
Para los que sigan a flote con sus trabajos o empresas es importante influir en un cambio de mentalidad en los directivos, gerentes y propietarios, ya que no tiene sentido esperar a que todo vuelva a ser como antes. Al menos que la ciencia consiga una vacuna de pronto y desaparezca la incertidumbre.
Hay que comprender ahora el evolucionismo de Charles Darwin, quien decía que las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes, sino las que mejor se adaptan al cambio.
En 1929, las personas no tenían opciones ante la crisis que vivían, pero ahora el mundo está lleno de ellas. Ya que el pasado ha muerto.