Según los expertos historiadores, la Guerra Fría pasada comenzó en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial y terminó en 1989 con la caída del muro de Berlín.
Cuando todo hacía pensar que la convivencia pacífica entre las naciones de ambos hemisferios no se podía perturbar, llegó Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos para revivir viejos conflictos con varios países. Entre los que estaban los musulmanes, Latinoamérica, Rusia y China. Por su parte, China conserva un régimen socialista con economía de mercado y es una de las potencias económicas mundiales que le disputa la supremacía a los Estados Unidos que gobierna Trump.
Mientras que en la Primera Guerra Fría se competía para conquistar el espacio, en el Siglo XXI la guerra es más fría y silenciosa, el campo de batalla son las redes y la tecnología de punta está en las manos de todos las personas vivas a través de los artefactos digitales.
Por lo que la decisión de Trump de vetar a la compañía china de alta tecnología Huawei, bajo el argumento de ‘seguridad nacional’ provocó que Google se haya sumado al veto de Trump, por lo que la Nueva Guerra Fría dejó de ser un argumento de ‘seguridad nacional’ y un conflicto comercial, para ser ahora un conflicto geopolítico cargado de alta tecnología.