De acuerdo a publicaciones recientes de la revista Global Research, la economía mundial está ahora mismo en un proceso de transformación y la élite de megamillonarios está destruyendo poco a poco las viejas estructuras de la economía mundial, mientras construye los cimientos de una nueva economía sustentada en el espacio exterior. A principios del 2016 se desaceleró en forma dramática la economía mundial, los países industrializados registraron tasas de crecimiento inferiores al 3% de su PIB y hubo una caída de precios de todas las mercancías. Pero muy pronto empezaron a sufrir considerables caídas los grandes bancos de inversión, tanto en los Estados Unidos como en Europa que parecian ser los síntomas de otra gran crisis como la del 2008.
Según Michel Chossudovsky, del Centro de Investigación sobre la Globalización Global Research, ese desplome de la economía mundial está relacionado con un plan de la élite dominante para cambiar el viejo paradigma económico que ahora todavía funciona y sustentarlo en el espacio exterior. Dice que la élite quiere reducir la población mundial para que los alimentos alcancen para todos quienes viven en el Planeta y que según los estudios demográficos vivirán en los próximos años.
En la década de 1990 los inversionistas vaciaron las arcas de los países del G-7, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido para invertir dichos recursos en las economías emergentes. Y veinte años después hay burbujas especulativas de todo tipo, de inversiones inmobiliarias, de derivados financieros, de materias primas, etc., por lo que el mundo financiero está a punto de explotar. Según los expertos de Global Research esta ‘desindustrialización’ combinada con las tasas del PIB cercanas a cero y la destrucción de la demanda a escala mundial forma parte de este gran plan de la élite, aunque para muchas personas sea solo una teoría conspirativa.
Dice la Global Research que el más claro ejemplo de este fenómeno es Detroit. Una ciudad de los Estados Unidos que durante medio siglo fue el pulmón de la economía estadounidense y hoy parece solo una sombra de una ciudad muerta donde solo le faltan los zombies. Pero la élite quiere que todo el Planeta se convierta en un Detroit, situación que ya está sucediendo en muchas partes del mundo, como en Europa del Sur, en los países del Mediterráneo y en el Medio Oriente.
Esto significa que el mundo está inmerso en una gran crisis económica mundial. Si esto no cambia, la élite usará esta crisis para cambiar los paradigmas de la sociedad actual. Aunque los planes de política económica de las grandes potencias aparentan ser divergentes y la FED de Estados Unidos subió las tasas de interés en diciembre del 2015, mientras que los bancos centrales de Europa y de Japón los disminuyeron poco después, esa divergencia en realidad no existe, ya que la élite lleva varios cientos de años gobernando al mundo y nunca comete ese tipo de errores.
Según la Global Research, esos elementos aparentemente diferentes son solo una fachada manipulada por la élite, ya que desde el 2008 hasta el presente, los bancos centrales han bajado las tasas de interés en más de 634 ocasiones sin conseguir una recuperación económica sostenida. De modo que mientras desmantela el sistema económico mundial está creando un sistema económico nuevo basado en los negocios que genera el espacio exterior (space based economy) donde habrá satélites, comunicación inteligente, sistemas de posicionamiento global (GPS), drones, etc. Por lo que el nuevo paradigma económico del mundo se desplazará hacia el espacio exterior.
Ahora mismo existe un cambio radical en el modelo económico y quiénes controlen ese cambio controlarán al mundo, mientras que con pequeñas farsas van desmantelando las viejas estructuras de la economía mundial. En este proceso de cambio radical ha sido muy importante el papel de las principales potencias. Antes de la caída de la URSS había un mundo bipolar, tras la caída del Muro de Berlín se llegó a un mundo unipolar liderado solo por los Estados Unidos y ahora mismo se vive en un mundo multipolar al que se han añadido los BRICS, la CELAC, la Alianza Bolivariana (ALBA), la UNASUR, etc.
Asimismo, ahora sobresalen los países que han decidido unirse al AIB (Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras) bajo el liderazgo de China, por lo que ya no existen naciones totalmente independientes. Todas las naciones del mundo actual forman parte de un mundo globalizado sin excepciones. Pero el objetivo de la gran élite de construir un mundo sustentado en la economía espacial no ha cambiado. Ya que todos los excedentes económicos se utilizan en este gran proyecto que requiere de inversiones billonarias y que probablemente en una década más logren conquistar La Luna y Marte con sus recursos naturales.
Por último, Global Research señala que en el proceso de desmantelamiento de la economía actual la élite está utilizando al petróleo para hundir a potencias como Rusia y Arabia Saudita, e incluso a las empresas petroleras de los Estados Unidos y a otros países de base petrolera como Venezuela.
Adenda: En el mundo actual existen dos generaciones diferentes: la de los viejos que son analógicos – como es mi caso personal – y la de los jóvenes que son digitales. Los analógicos tienen más de 50 años y crecieron en un mundo diferente, por lo que ahora les cuesta mucho trabajo asimilar a las nuevas tecnologías. Por otra parte está el empuje de la juventud contra el orden establecido usando las nuevas tecnologías y es un elemento decisivo en el futuro del mundo que la élite aun no logra controlar.
Desde hace siglos la élite ha buscado imponer su proyecto de dominación a toda costa. No obstante, ya en pleno siglo XXI, las nuevas tecnologías y los nuevos medios de comunicación podrían salvar a la Humanidad de su dominio secular. Sorprende mucho saber que la mayor parte de los 2,000 millones de teléfonos móviles que hay en el mundo actual están en países como China, India, Pakistan, Bangladesh o Irán y aún en países donde no hay agua caliente ni sistemas sanitarios pero la gente está muy avanzada en las nuevas tecnologías.
Por lo que la élite no consigue lavar sus cerebros que no están conectados a los medios de comunicación tradicionales y esto podría salvar al mundo de su permanente dominio.