Según Paul Krugman, la política de la posverdad ha llegado a anular la experiencia cotidiana. La economía de los votantes ya no tiene relación con la realidad. Un grupo investigador de ciencias políticas dice que la economía impulsa las elecciones. Y los presidentes en turno no tienen influencia sobre los desarrollos económicos de corto plazo.
Parece que Estados Unidos se ha convertido en un país en el que gran parte del electorado no juzgará a un presidente por su desempeño en el corto plazo, ya que las percepciones de los votantes sobre la economía están impulsadas por el partidismo y no están relacionadas con la realidad.
Ahora mismo las elecciones se deciden al margen de la realidad, por lo que una buena política aún puede ser recompensada, incluso si una tercera parte de los votantes se niegan a crear buenas noticias si un demócrata llega a la Casa Blanca. El hecho es que ya pasó la época cuando la verdad tenía importancia.