El actual fenómeno de la economía en Estados Unidos nunca había sido tan grave en su historia y mientras el precio de las acciones bursátiles ha subido, al grado de que Standard & Poor’s 500 alcanzó un máximo histórico y Apple se convirtió en la primer compañía estadounidense en ser valorada en más de dos billones de dólares.
Mientras que hay millones de trabajadores que no han recuperado sus empleos a quiénes Trump otorgó un beneficio suplementario de $600 dólares por semana que ya expiró y todo fue otra broma ridícula de Trump. Incluso antes del corte de la ayuda, el número de padres que tenían problemas para dar de comer a sus hijos estaba aumentando y seguro de que estallará en las próximas semanas cuando millones de ellos sean desalojados de sus casas de renta.
O sea que la economía real, a diferencia de los mercados financieros sigue en pésimas condiciones. El Banco de la Reserva Federal de Nueva York señala que la economía sigue más deprimida que en cualquier momento desde la crisis financiera del 2008. En esta ocasión la pérdida de trabajo se concentra en los trabajadores mejor pagados, pero que no cuentan con los recursos financieros para afrontar los malos momentos.