El conocido como ‘paciente cero’ en Estados Unidos se presentó el 21 de enero en un hospital de Seattle con algo de fiebre. El primer fallecido fue una mujer de 60 años de California que se produjo el 6 de febrero. A partir de ahí hubo una serie de errores, alertas ignoradas y todo tipo de carencias que han llevado hasta el desastre actual, sin que las más avanzadas comunidades científicas del planeta lo hayan podido evitar.
Estados Unidos está a punto de alcanzar los 100,000 muertos por coronavirus, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, una cifra muy lejana de la que calculó el Gobierno Federal de Trump o de los 58,000 muertos de la Guerra de Vietnam.
De hecho, más de 1.6 millones han dado positivo en pruebas de diagnóstico en un país de 330 millones de habitantes, de modo que la proporción de mortalidad nacional es muy inferior a la de España, aunque hay territorios como Nueva York que lo cambian todo.
Parece ser que el gran imperio estadounidense ha llegado a su fase final.