El pensamiento científico de la Humanidad probablemente surgió desde los primeros años cuando el homo sapiens inició su vida sedentaria y las mayores horas de ocio que les permitían la espera de las cosechas les impulsaron a usar su cerebro para realizar el sofisticado proceso de la observación del medio en el que vivían. No hay duda de que ese reposo físico les haya conducido a prácticas agrícolas más efectivas y a la obtención de mejores y más abundantes cosechas. Y lo mismo debe haber sucedido con las técnicas utilizadas en la cría del ganado que era la base de su alimentación.
No existe duda de que las primeras civilizaciones que vivieron organizadas en feudos y en ciudades, como los egipcios, los fenicios, los persas y los griegos también utilizaban fórmulas primitivas de pensamiento científico para resolver los múltiples problemas de subsistencia, comunicación , salud, educación y demás problemas de la vida en sociedad. Pero en lo general la observación no los llevaban a la creación de hipótesis ni a la experimentación para corroborarlas como corresponde al proceso elemental del pensamiento científico.
En los hechos, todas las naciones que había en el mundo hasta antes del siglo XVIII solo trataban de sobrevivir mediante el uso de medios de transporte efectivos, instrumentos agrícolas, pecuarios, para la construcción de muros de protección y edificios, la extracción de materiales en las minas y de armas para defenderse de otras naciones. Solo en caso de los imperios que pretendían apropiarse de otros territorios todos esos elementos básicos se mejoraban con el uso de las tecnologías más avanzadas.
El movimiento científico del siglo XVIII surgió de los Centros y Academias fundadas por los gobiernos de los Estados al margen de las universidades. Era tan poderoso el propósito de la Ilustración que en toda Europa se desarrollaron innumerables laboratorios, gabinetes, observatorios y museos creados por los monarcas, por las sociedades culturales o por los filántropos.
Las matemáticas tuvieron un gran desarrollo con Newton y Leibniz, quiénes de forma independiente descubrieron el cálculo diferencial, integral e infinitesimal, mientras que los estudios de los fenómenos naturales hicieron desarrollarse con gran rapidez a la ciencia denominada ‘Física’. También coincidieron en esa época Farenheit, Reamur y Celsius, que inventaron los termómetros, mientras Gay Lussac, Mariotte y Boyle descubrieron los principios de la estática y de la dinámica de los gases. Franklin inventó el pararrayos y Galvanie las corrientes eléctricas que Volta obtuvo luego de sus pilas y baterías. Mientras que Watt construye la primera máquina de vapor en 1783.
En la química hubo también progresos muy importantes con la inauguración de la química moderna por Lavoisier. Hubo avances sorprendentes en las Ciencias Naturales, donde Buffon creó las bases de la Antropología y de la Geología, mientras el sueco Linneo clasificó racionalmente plantas y animales, Hershell descubrió el planeta Urano, los anillos de Saturno y la doctrina de las nebulosas. Mientras Laplace creó su teoría sobre la formación del sistema solar y la medicina alcanzó progresos enormes a partir del descubrimiento de la vacuna contra la viruela de Jenner.
Nacieron también las ciencias históricas con F. A. Wolf y el espíritu racionalista aplicado a la crítica y la depuración de documentos acabó con muchas leyendas, destacando algunos conventos benedictinos (Langedoc) y los jesuitas bolandistas que continuaron la obra de Juan Bollard. Con Voltaire se impone la visión cultural de los hechos históricos, luego nace la historia del arte con Wenkilman y posteriormente con Lessing. En el campo de las ciencias económicas Quesnay inicia la fisiocracia aplicando a la economía los principios de la libertad que conducirían al primer capitalismo formulado por Adam Smith en 1774.
Con el cientifismo desbordado de los siglos XVIII y XIX se crearon las bases del modelo político y económico de Occidente, pero el siglo XX consiguió algunos de los cambios más importantes en la historia de la Humanidad, dando lugar a invenciones que han cambiado por completo la forma de ver la realidad. Uno de los más importantes ha sido la invención de los aviones con lo que se acortaron las distancias del planeta. Este invento se atribuyó a los hermanos Wilbur y Orvil Wright en 1903.
Otro gran avance científico del siglo XX fue la invención de los antibióticos por el escocés Alexander Flemming, quien descubrió la capacidad antibiótica de la penicilina. Hasta entonces, un mínimo error médico, una infección o cualquier tipo de herida podían convertirse en causa de muerte. Con este descubrimiento la tasa de mortalidad en el mundo descendió mucho.
El desarrollo de la electrónica y la invención de los electrodomésticos puede considerarse como un factor determinante de la actual forma de vivir y del alto nivel de vida doméstica en el presente. Ya que trajeron gran comodidad a las familias de la gran clase media y un considerable incremento en el tiempo de ocio.
La energía nuclear o atómica, donde participaron algunos de los más grandes científicos de la historia, desde Marie Curie hasta Einstein. En 1942 se construyó el primer reactor nuclear en el mundo, en la búsqueda de una nueva fuente de energía no contaminante. La cual resultó falsa y el planeta no solo sufrió una enorme contaminación, sino terribles desastres ecológicos como en Chernobyl y en Fukushima, además de que se construyeron las bombas atómicas que destruyeron a Hiroshima y a Nagasaki.
Luego vino la invención de los cohetes y la conquista del espacio sideral. Esos sueños comenzaron a cobrar vida en el siglo XX con la invención del primer cohete espacial en 1969 cuando el hombre pisó la luna por primera vez en la historia.
Otro gran desarrollo científico del siglo XX fue la creación y masificación de los medios de comunicación. Desde la invención de la radio, la televisión, la computadora y la internet, el mundo se hizo pequeño. Aunque debe reconocerse que todos los avances actuales trajeron aspectos negativos en la vida social e inclusive en la calidad de vida de las personas. Ahora se sabe que el ‘estrés digital’ afecta seriamente al cerebro humano.
En el año de 1928 el bacteriólogo y genetista inglés Frederick Griffiths abrió el camino de la ciencia que ahora se conoce como ‘genética’ desarrollando algunos de los conocimientos mediante el uso de la estructura molecular del ácido desoxirrubonucleico. Logrando determinar que el ADN contiene las instrucciones genéticas que determinan las características de los seres vivos y son responsables de la propia herencia genética.
También en el siglo XX se desarrollaron los métodos anticonceptivos y la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual que han sido fundamentales para la preservación y el desarrollo de la humanidad. Además de que trajeron libertad sexual y reducción de riesgos para la salud y del número de embarazos no deseados propiciaron por vez primera en la historia las relaciones sexuales por placer.
La Teoría de la Relatividad y la del Big Bang fueron formuladas en el siglo XX. Einstein formuló la primera a principios del siglo XX y con ello dio las bases de la física nuclear moderna y del desarrollo de la ciencia cuántica. Mientras que el planteamiento del modelo cósmico desarrollado en la teoría del Big Bang le permitió a la humanidad liberarse del viejo modelo del ‘creacionismo’ con una base científica muy sólida.
Por último está el surgimiento de los videojuegos. Desde los primitivos Ataris y Nintendos hasta los PS 3 de Sony, que aunque no parecen inventos serios, son precisamente las formas de entretenimiento más comunes en el mundo actual.
Adenda: La versión autocrítica de la ciencia postmoderna está invadiendo por completo al mundo actual y está delineando el futuro inmediato de la civilización humana conforme se destruyen los viejos mitos y las utopías.