Mientras la sociedad humana fue evolucionando durante cientos de miles de años, todos los animales existentes en el Planeta experimentaron un proceso de adaptación muy complejo y muy variable, donde el cambio climático jugó el papel más importante. Se podría decir que otro elemento fundamental de adaptación antropológica, biológica y neurológica fue el desarrollo de un lenguaje en el ser humano que difería totalmente del resto de los animales que seguía siendo gestual, luego se podría considerar la gran influencia de la agricultura fundida con la pecuaria de animales comestibles y domesticables.
Se podría decir que la etapa del sedentarismo y de la creación de la sociedad urbana y de sus mitos políticos y religiosos apenas se inició 9,000 años antes de Cristo. Los hechos más notables de la protohistoria fueron, sin duda, los que determinaron gran parte de la mitología moderna y de la vida social y política en todo el mundo.
La creación de imperios sustentados en creencias religiosas y en viejos mitos de divinidades se constituyeron en la base de la nueva civilización humana, cuyas culminaciones fueron los imperios persa, judío, chino, griego y romano. Ya en segundo término surgieron imperios de menor trascendencia, sobre todo en los países con menores reservas alimenticias, commodities y cultura como el caso de La India, El Islam, Japón, La Unión Soviética y algunos países del Medio Oriente y de Africa.
No obstante, el desarrollo social y político más exitoso en el mundo de los últimos doscientos años fue la democracia occidental que surgió hacia fines del siglo XVIII tras la caída de las monarquías más importantes de esa época como lo eran Francia, España e Inglaterra. Quizá el elemento más importante de esta revolución política y social del siglo XVIII fue la aparición de la burocracia que servía para controlar a las clases media y a las populares, ya que finalmente se quedó con el control del mayor número de ciudadanos y hasta la fecha continúa siendo la institución que proporciona más empleos en todas las naciones del mundo, al margen de la ideología política que ejercen y al margen de sus creencias religiosas y de los mitos que los dominan.
En esa etapa de la modernidad histórica fue cuando más se desarrolló la industria, razón por la cual, el control de la clase trabajadora era la base de la economía, del comercio y de las finanzas. De modo que las ideas marxistas de igualitarismo fueron las que predominaron en el mundo ideológico desde principios del siglo XIX, ya que el elemento fundamental de las grandes monarquías que había sido la esclavitud ya había sido desterrada de la política y de la economía de las naciones de Occidente más desarrolladas que habían sido encabezadas por Abraham Lincoln en los Estados Unidos.
Esta profunda transformación de la sociedad de Occidente originó grandes cambios en todo el mundo, ya que surgieron doctrinas radicales y adversas a la democracia, como sucedió con el nazismo y la ultraderecha de Mussolini, así como las primeras manifestaciones del zarismo y de otras doctrinas políticas radicales, tanto de izquierdas como de ultraderechas. Pero quizá lo más grave de todo fue el inicio de las guerras transatlánticas que eran planeadas por el Departamento de Guerra de los Estados Unidos que terminaron llevando al mundo un desequilibrio de poder económico que aún ahora no se ha podido comprender ni darle marcha atrás y constituye el problema geopolítico más grande del presente y que no se le alcanza a ver su fin.
Parece increíble que el problema global actual sea que los grandes millonarios del mundo que apenas alcanzan unas cuantas decenas no encuentren que hacer con sus riquezas, han estancado a las grandes instituciones financieras del mundo y aunque hayan bajado el número de pobres en el mundo, las condiciones de su vida doméstica siguen siendo deplorables y parece que lo seguirán siendo por varias décadas más. Hasta que se logre una mayor distribución de la riqueza en el mundo, ya sea por métodos inteligentes o a través de una gran conflagración mundial que sería apocalíptica.
Adenda: Al margen de esta compleja situación geopolítica que vive el mundo actual, de todos modos el problema más grave de la sociedad humana sigue siendo el impredecible cambio climático, tal como sucedió desde fines del neolítico.