EUA: El Estado Espectáculo

 

El mayor premio cinematográfico otorgado por Hollywood a la película Argo, dirigida por el guapo y mediocre actor norteamericano Ben Affleck señala un momento de cambio muy importante en el método del Gobierno de los Estados Unidos para trasmitir a sus ciudadanos de forma directa e inmediata sus planes de acción. De hecho, el film premiado por Hollywood es una burda apología de las acciones realizadas por la CIA hace más de tres décadas en Terán, Irán, cuando la embajada norteamericana fue invadida por el movimiento popular que derrocó al dictador Reza Palevi en noviembre 4 de 1979 y la mayoría de sus funcionarios fueron aprendidos y encarcelados.

El film premiado está basado en la adaptación cinematográfica de una burda e inverosímil historia inventada por un guionista aficionado, acerca de un personaje de nivel medio de la CIA que urdió un plan para rescatar a seis funcionarios de la embajada que habían logrado huir y se habían refugiado de forma clandestina en la embajada canadiense en Terán. El absurdo plan del agente de la CIA consistía en hacerse pasar por un director cinematográfico de bajo perfil que pretendía filmar una película de ciencia ficción en Irán, para la que requería de ‘locaciones’ en esa nación. Era acompañado por otros compañeros de la CIA que se ostentaban como actores y miembros de su ‘staff’ y mediante argucias infantiles lograron introducirse en la ciudad de Terán y rescatar a sus compatriotas de la embajada canadiense.

Como parte de esta ridícula apología a las acciones de la CIA en el Medio Oriente, se añade el elogio de haber conservado en secreto estas acciones del organismo de inteligencia de los Estados Unidos durante más de tres décadas, como reconocimiento adicional a su patriótica acción. Además de un guión realizado por personas de coeficiente intelectual muy bajo, el film adolece de todos los elementos fundamentales de una obra cinematográfica importante. Sus escenarios son absurdos, sus actores insignificantes y todos sus componentes de una calidad ínfima. Pero lo más desconcertante e inesperado es que haya sido Michele, la esposa del presidente Obama, quién comunicó la premiación por vía satelital, desde las habitaciones de la Casa Blanca.

De la misma forma inexplicable e inesperada no han surgido hasta ahora críticas desde el interior de Hollywood, de los medios informativos globales, ni de ninguna otra nación, incluyendo a las que se dicen contrarias a su ideología. Todo hace pensar que con esta premiación Obama desdice lo expresado en su hipócrita discurso del ‘Estado de la Unión’ donde pretendió convencer a los estadounidenses que su nación se alejaría del negocio de las armas y de la guerra, condenaba las cárceles clandestinas, las torturas para obtener información y los castigos para funcionarios públicos corruptos, falsos e hipócritas.

Quizá el mensaje más importante de este evento hacia el interior de los Estados Unidos y para la comunidad internacional es que los judíos de Wall Street y los de Hollywood ahora trabajan unidos y tratan de crear una nueva forma de hacer política, donde queda claro que el viejo negocio de la guerra se reducirá a las acciones de su organismo oficial de inteligencia, cuyos bajos costos son los más apropiados para una nación en bancarrota. Serán mucho menores a los que generaron durante medio siglo las guerras faraónicas con transatlánticos, aviones de guerra, misiles y decenas de miles de soldados mercenarios con servicios de salud, restaurantes especiales y sueldos diez veces superiores a la de los soldados norteamericanos que se convertían en enormes ganancias para la pequeña mafia de empresarios bélicos y de energéticos.

Mediante la forma de comunicación política más moderna, a través del espectáculo, el Presidente Obama está comunicando al pueblo norteamericano la decisión de los nuevos dueños del poder en los Estados Unidos de cambiar hacia una nueva política donde se conservará el dominio en el mundo, se incrementará la riqueza de quiénes ya son ricos y ya no se invertirá en objetos materiales, como barcos, armas y aviones cuyo período de vida es limitado, sino que los grandes capitales invertirán en los activos financieros que no expiran y se retirarán de todos los compromisos fiscales, laborales y ecológicos que implicaba la guerra a gran escala.

Desde una visión global, este evento de premiación de Hollywood mediante un mensaje satelital de la esposa del presidente de los Estados Unidos, la renuncia del Papa a través de los medios, la persecución mediática de los líderes políticos y aristócratas corruptos en algunas naciones de Europa, los ataques cibernéticos a los Estados más otros eventos de transmisión visible de los poderes políticos, económicos y culturales son hechos reales que conducen hacia una nueva era de la sociedad humana donde la transmisión del poder será visible. Aunque durante miles de años se hayan ocultado los procesos de transmisión del poder mediante símbolos ocultos, desde el momento que nació el primer alfabeto gráfico.

Quizá porque los grafismos están desapareciendo en todos los medios de comunicación entre los seres humanos.

(Imagen tomada de Internet / Derechos reservados por el autor)