Analizando con objetividad la conducta del actual presidente de los Estados Unidos llegamos a la conclusión de que no se trata de un demente en grado extremo, sino de un individuo que surgió en el ‘show business’ y en el que siempre fue la figura central. De modo que sus intereses individuales, su megalomanía y su narcisismo fueron siempre la base de su prolongado éxito material. Sin importar para nada su conciencia moral, su ética personal ni sus relaciones con los demás seres humanos. Por lo que nunca tuvo una visión colectiva que no estuviese íntimamente relacionada con sus negocios personales o familiares.
Por lo que puede pensarse que su última actuación en Helsinki, en la que elogió a Putin y lo consideró como el núcleo actual de la geopolítica mundial, podría ser uno más de sus trucos en una vida en la que nunca pudo aceptar una ideología concreta, una religión o un modelo cultural donde predominaran la moral y la verdad. No sería extraño que en unos cuantos días o semanas más declarara que todo esto había sido un ‘show’ para hacer creer a Putin que lo había vencido y era el mayor líder político del presente.
Todas las reacciones que ha ocasionado en el aparato político de su nación, todas las contradicciones que generó hacia el interior de sus propios compatriotas y el desconcierto existente entre todos los países que habían sido sus aliados tradicionales se podrían derrumbar en un instante con la publicación de uno de sus famosos tuits que escribe desde su i pone. Aunque por el momento todos los medios de comunicación masiva del mundo y todas las instituciones políticas globales no hayan salido aún de su asombro.
De hecho, todas estas contradicciones y especulaciones que ha creado su reunión con Putin, para nada se han reflejado en los hechos concretos de su actividad política, bélica y financiera en el resto del mundo. Todas sus bases militares en el mundo han sido reforzadas, todas sus instalaciones para el control climático y todas sus embajadas y representaciones que tiene en el Planeta se han multiplicado, su personal se ha incrementado, al igual que los recursos financieros de que disponen.
Por fortuna todos estos datos acerca de las instalaciones bélicas, sanitarias y financieras de los Estados Unidos están al alcance de todas las naciones del mundo y se pueden verificar de inmediato. De hecho, el mismo Pentágono se complace día con día de divulgar esta situación con la idea de presionar al resto de los países poderosos a emplear sus excedentes en realizar funciones similares, suponiendo que esa fórmula es la única posible para hacer crecer al mundo en paz, controlando su demografía y su pobreza en grado extremo, ya que considera que la pobreza que permite sobrevivir sin dolor y sin hambre nunca podrá eliminarse en la Tierra, ya que está claramente documentada por la Historia desde que surgió la actividad agropecuaria hacia el año 9000 AC.
Aunque ninguna nación del mundo global actual ha publicado o difundido en alguna forma sus mitos y sus creencias, sino a través de historias escritas con palabras o símbolos, monumentos, esculturas e imágenes que han durado miles de años, es comprobable que todos los grandes imperios y grupos sociales creen que fueron sus antepasados los que crearon las instituciones para que la sociedad humana pudiera coexistir en paz durante tantos siglos.
Adenda: Todos los grandes líderes políticos del mundo actual comparten esa misma idea con la sola diferencia de su origen étnico. Pero sólo los más incultos y presuntuosos, como es el caso de Trump, llegan a pensar que el pasado puede reproducirse en el presente y escoger sin ninguna restricción los períodos que les beneficiaron a ellos en forma individual.