La posibilidad que ofrecen los diarios digitales de actualizar las informaciones en forma permanente lleva a que el periodista no pueda abandonar nunca sus historias y a que deba nutrirlas con nuevos datos, ya que la consulta en la Red es desde cualquier lugar del mundo y en cualquier momento.
Si se quiere hacer un trabajo ético, responsable y de calidad hay que seguir el desarrollo de las informaciones. De hecho, la obsesión por encontrar lo que entrañan los hechos, las circunstancias precisas que los rodean y el desarrollo que tienen en el futuro es lo más importante del periodismo.
En la Red, ningún periodista puede darse el lujo de consignar solo la primera versión. De hecho en muchos casos no habrá una versión final a través de muchas versiones. Y la Red permite ir puliendo la versión final a través de múltiples versiones que parecen incompletas pero que al final muestran el desarrollo de los acontecimientos y el producto de la investigación del periodista.
El periodismo digital surge como el retorno a los inicios de la profesión. Es solo la aparición de un nuevo espacio. Un nuevo medio que exige y evidencia si las cosas se hicieron o no de la mejor forma posible. Tal como obliga el profesionalismo en cualquier área.