Aún para los más profundos conocedores de la industria masmediática en el mundo resulta muy complicado evaluar la cantidad de millones de euros que el Vaticano ha invertido en la publicidad sobre la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, como tampoco se ha logrado determinar a donde han ido a parar las inmensas reservas de su Banco y de las cuentas de sus inversionistas de la alta aristocracia. Pero no hay duda de que la operación publicitaria ha borrado casi por completo todas las informaciones sobre la existencia de una mafia de malvados en el Vaticano que medraban en las actividades más sucias, desde el blanqueado de dinero para multimillonarios y grupos criminales, hasta la explotación sexual de mujeres y la pedofilia.
Quizá el evento publicitario de la canonización de los dos papas ha sido muy costoso para el Vaticano, pero es un hecho indiscutible que la mayor parte de sus fieles están convencidos de que todo lo divulgado por la prensa internacional sobre sus mafias internas se ha borrado por completo con este ‘espectáculo’ de la canonización de dos papas singularmente opuestos en su forma de pensar y de actuar. Mientras Juan XXIII fue un digno creyente de la Iglesia Católica y de sus principios morales para el apoyo a los más pobres, e intentó llevar ese concepto cristiano a los hechos con las frustradas reformas del Concilio Vaticano II, el Papa Juan Pablo II fue siempre un aliado de la conspiración anticomunista liderada por Ronald Reagan y Margaret Tatcher e invirtió gran cantidad de recursos del Banco Ambrosiano en minar los movimientos socialistas en Polonia, en varias naciones de Europa Oriental y en destruir los proyectos de los Teólogos de la Liberación en varias naciones de América del Sur.
Es obvio que cualquier Estado del mundo, al margen de sus mitos y de sus normatividades tiene el pleno derecho de auto promocionarse y es también obvio que todas estas acciones masmediáticas son con el propósito fundamental de que el Estado subsista por mucho tiempo más, ya que sus poderes fáctico en funciones y quienes tienen intereses materiales invertidos en esa nación desean que sus ventajas permanezcan para siempre y sean transmitidas a sus herederos. Es también comprensible que en la mayoría de los casos predomina la falsedad y la hipocresía, tratando de que el espectáculo exhiba mitos culturales y conceptos que son aprobados por las normas legales y la ética de la mayoría de las naciones del mundo escondiendo todas aquellas acciones y actitudes que puedan ser reprobadas o sean ajenas a la normatividad internacional más aceptada.
Desde nuestro particular punto de vista, el espectacular evento patrocinado por el Vaticano señala que quienes han tomado el liderazgo en el viejo Estado son personas con gran conocimiento de la nueva tecnología masmediática, donde personas o instituciones que carecen de ideas y de valores morales, como Lady Gaga o Beyonce pueden llenar sus magníficos escenarios montados por expertos y pueden trasmitir sus mensajes anodinos a una gran cantidad de personas logrando aforos que hace apenas unos años eran inconcebibles. Así mismo es conocido el costo millonario de estos maravillosos espectáculos cibernéticos, como también es sabida la enorme fortuna que posee el Vaticano y su capacidad para seguirla incrementando si se controlan sus múltiples problemas internos.
Quizá el verdadero fondo de este singular espectáculo de la canonización simultánea de dos papas sea el de lograr una paz interna que les permita seguir incrementando las fortunas de sus socios e inversionistas ya dentro de una normatividad que sea aceptada por algunas de las instituciones políticas y financieras que existen en la actualidad, ya que de hecho la institución financiera del Vaticano fue transferida por Ratzinger a un banquero aristócrata de la Isla de Malta y nadie sabe lo que está sucediendo con esas enormes fortunas al margen de la normatividad transnacional ni tampoco con la colosal fortuna en obras de arte que debieran pertenecer al patrimonio cultural de la humanidad.
Aunque los medios comprados por el Vaticano tratan de ocultar que dicho Estado ha perdido su relación política con los Estados Unidos y nunca ha tenido una buena relación con las naciones más importantes del mundo, quiénes se consideran sus propietarios están haciendo todo lo posible para que sus fortunas y sus herencias crezcan aún más y sean respetadas ab aeternum. Pero no puede descartarse que exista un proyecto aún más ambicioso detrás de este montaje de los cuatro papas.
Adenda.- Quiero comparar este evento del Vaticano con el del Estado ruso, cuyos dirigentes montaron el costoso espectáculo de los juegos olímpicos de invierno en Rusia, aunque nadie sabía que Putin tenía un propósito oculto de gran trascendencia, una vez que se había exhibido ante todo el mundo como una nación poderosa. No creo que este evento de la invasión de Ucrania esté desvinculado del espectáculo de los Juegos Olímpicos de Invierno.
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