Según la gran mayoría de los expertos y de los estudiosos de las guerras, se gasta más en el mundo en los lobbies de armamentos que lo gastado durante los años más tensos de la Guerra Fría. Los gobiernos de todo el mundo no han parado de invertir en esa industria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y en Europa existen poderosos ejércitos y armamentos sofisticados con gran tecnología que no se utilizan casi nunca.
Es todavía peor la situación en los Estados Unidos, donde el Gobierno invierte más del 4% de su PIB en la compra de armas. El llamado ‘Triángulo de Hierro’ que está formado por el Pentágono, los contratistas militares y los mediadores que son personas muy influyentes de las diversas administraciones aportan a las grandes corporaciones armamentísticas miles de millones de dólares. En el 2008, la compañía Lockheed Martin, el contratista militar más grande del mundo recibió del Gobierno de George W. Bush más de 36,000 millones de dólares para convertirse en la compañía que más cobraba por contratos con el país norteamericano.
Los gastos militares han crecido sin control desde 1945, a pesar de que con la caída del Muro de Berlín se ponía fin a la Guerra Fría y al enfrentamiento político, ideológico y económico que había mantenido en vilo a todo el mundo durante más de cuatro décadas. Antes de la Segunda Guerra Mundial, los gastos de guerra en todo el mundo se estimaron en 48,000 millones de dólares, mientras que en 1972 llegaron a los 240,000 mdd y a 1.4 billones en 1990.
Tras la Guerra Fría, el gasto militar descendió y alcanzó su mínimo a mediados de los 90, pero repuntó de nuevo el 11 de septiembre del 2001 con el atentado a las Torres Gemelas en Estados Unidos. En el 2006 se superó el tope de gasto que existió cuando el choque político y económico entre países comunistas y capitalistas. Y a pesar de la leve caída del 2012, el gasto militar alcanzó los 1.75 billones de dólares de acuerdo a los datos del (SIPRI), Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo.
Esa leve caída del 0.5% se debió a los profundos recortes que hicieron Estados Unidos y la Unión Europea en función de la crisis económica global existente. Sin embargo, China y Rusia multiplicaron sus inversiones en armamento. China gastó un 7.8% más en armas durante el 2012 que significó un aumento del 175% en la última década. Algo similar sucedió con Rusia, donde la inversión bélica aumentó en más del 15% en el 2012. Aun así, Estados Unidos sigue siendo el mayor inversor en armamento del mundo con un presupuesto 5 veces superior al de China. Mientras Estados Unidos gastó poco más de 668,000 mdd, China apenas superó los 150,000 mdd.
Por otra parte, tras cinco años de crisis económica y financiera en Europa, Bruselas insiste en ignorar el papel que ha jugado el gasto militar en su persistente crisis. Mientras las pensiones y los salarios se reducen, la industria bélica sigue beneficiándose con nuevos pedidos y pagos de deudas pendientes. Sorprende que en tiempos de austeridad, en el 2010, el gasto militar ascendiera a 194,000 millones de euros que equivalen a los déficits anuales combinados de Grecia, Italia y España, según el estudio de un ‘think tank’ autónomo denominado ‘armas, deuda y corrupción’, donde se reconocen el poder de los lobbies de armas en la UE.
Dicho estudio descubre los elevados niveles de gasto militar en países que se encuentran en el epicentro de la crisis actual del euro. Grecia ha sido el país europeo que más ha gastado en comparación con los demás países en el ámbito militar en los últimos 40 años, con el doble del porcentaje de su PIB en gastos de Defensa que la media europea. En tanto que el gasto militar español subió un 29% entre el 2000 y el 2008 y ahora tiene grandes problemas para pagar sus deudas.
Adenda: Trataré de terminar este ensayo geopolítico en un segundo capítulo.