No hay duda de la existencia de una maldad sin medida en los grandes dueños de la riqueza en el mundo, para poder explicar los complejos métodos con los que ocultan sus perversas y astutas maniobras geopolíticas y financieras a fin de ir aumentando cada día sus activos y su dinero circulante al mismo tiempo, hasta llegar a un nivel de control casi total en el momento actual.
Hubieron de transcurrir 97 años – hasta el 2010, en plena crisis financiera global – para que los norteamericanos y los ciudadanos del mundo que aún conservan su capacidad de pensar en forma autónoma, se percataran que desde diciembre 23 de 1913 estos banqueros multimillonarios lograron convertir en una institución privada al Banco Central de los Estados Unidos. Esto lo consiguieron, después de inducir deliberadamente varias crisis bancarias reiterativas a partir de 1907, cuando los bancos tuvieron que devolver los ahorros de sus clientes por falta de confianza en ellos, hasta que el Presidente en funciones Woodrow Wilson firmara, presionado por los grandes banqueros y los numerosos ahorradores, la famosa ley de las reservas federales (Federal Reserve Act) que convertía en privada a la banca Central de los Estados Unidos al haber rescatado supuestamente a los bancos en quiebra.
En el proceso de privatización de la Banca Central se crearon dos entidades privadas, una de las cuáles era un grupo de 12 bancos Centrales en el Pais y el otro un comité integrado por organismos y empresarios privados conocido como FAMC (Comité Federal de Mercado Abierto), mientras que el único organismo supuestamente público es el denominado Comité de la Reserva Federal (Federal Reserve Board) donde está el Presidente de la FED, quién también pertenece al sector privado. Desde el momento de la creación de la FED, el Banco de la Reserva de Nueva York ha sido copropietario de la NSA (un organismo de espionaje privado al servicio del Estado), es el responsable financiero de la CIA, del Pentágono, del Banco de Pagos Internacionales de Suiza y del Banco Mundial. Además posee voto decisivo en la ONU y en la OTAN.
Han sido incontables y difíciles de creer todas las maniobras que han realizado los grandes banqueros del mundo para irse apoderando de la mayoría de las grandes empresas transnacionales, de los medios de comunicación masiva más poderosos, desde las cadenas televisivas como FOX, CNN, CBS, ABC, y NBC, hasta los diarios más famosos como New York Times, Washington Post, Wall Street Journal y Newsweek, a través de los cuáles han hecho creer a los norteamericanos y a gran parte del mundo que su política liberal y democrática proviene de un sistema electoral de representación genuina de los ciudadanos comunes y no de las imposiciones y de las estrategias malignas del grupo financiero más poderoso del mundo.
Estos mismos banqueros archimillonarios han decidido las guerras alrededor del mundo en forma planificada, han urdido los atentados para inventar enemigos ‘terroristas’ en sus propias Torres Gemelas, en terrenos que son propiedad de la familia Rockefeller y esos mismos ataques de supuestos terroristas se realizaron en Londres y en Madrid. Como son propietarios o accionistas mayoritarios de las grandes empresas bélicas y de mercenarios requieren de ‘enemigos’ para poder accionar a sus grandes corporaciones como General Dynamics, Mc Donald Douglas, Bechtel, Boeing o Lookheed Martin, que en el pasado mes de abril puso a la venta un nuevo dispositivo antimisiles de gran rentabilidad denominado THAAD que puede capturar en el espacio todo tipo de misiles de mediano y corto alcance y tiene gran demanda en toda la región del Pacífico Norte, desde Corea del Sur, Japón, las naciones del Sudeste Asiático y China.
Estos mismos banqueros archimillonarios han desarrollado una sofisticada estrategia para distraer a la población con programas de entretenimiento y divulgación de informaciones irrelevantes y dispersas por todo el mundo, de tonterías que ridiculizan los valores familiares tradicionales, patéticos ‘reality shows’ y grandiosos espectáculos vacíos de contenido, con los que ocultan por completo la realidad nacional y global, mientras los convierten en personas que desconfían de todos y en verdaderos psicópatas paranoicos.
Las principales familias dueñas de la FED y de todas sus innumerables propiedades y empresas son:
La Familia Rothschild ubicada en Londres, Berlín e Israel
La Familia Rockefeller en USA e Israel
La Familia Morgan en Inglaterra
La familia Warburg en Alemania
La Familia Lazard en París
La Familia Moses Israel Seif en Alemania y en USA
La Familia Kuhn, Loeb en Alemania y USA
La Familia Lehman Brothers en USA
La Familia Goldman, Sachs en USA.
Cada vez que hacen un ‘rescate financiero’ adquieren nuevos bancos e instituciones financieras de todo el mundo y se están apoderando poco a poco del país que ‘salvan’, tal como ha acontecido con muchas naciones de Europa y han permanecido ocultos. Mientras los ricos que exhibe la revista Forbes son personas populares que no tienen que ocultarse, pero son de un nivel económico muy inferior. Tan solo con la suma de las fortunas de Sir Evelyn Rothschield y la de David Rockefeller se obtendría una cifra tan enorme que dividida entre los 7000 millones de personas del mundo actual dejaría una derrama per cápita de 2.7 millones de dólares.
Tratando de resumir algunas de las acciones más perversas y ocultas que han sido fabricadas por las mentes de los actuales dueños del mundo se pueden encontrar muchas: el derrumbe controlado de las Torres Gemelas con la desaparición de los videos que muestran explosiones muy por debajo de donde supuestamente chocaron los aviones y no se observa el metal fundido. Mientras que en el derrumbe de la tercera torre algunas horas después no se observa que ningún avión la haya tocado. No obstante, en el terreno de las torres se encontraron restos de ‘thermite’ el explosivo empleado por las empresas demoledoras de edificios.
Otra gran mentira de la ‘inteligencia’ oficial de los Estados Unidos fue la de achacar a los mujaidines que pelearon contra la URSS en los 80 de ser los terroristas que luego identificaron como miembros de Al Qaeda. Ahora también se sabe que el ataque a Irak fue para conseguir petróleo a bajo costo cuando las guerras se hacían con grandes embarcaciones y aviones. Asimismo se sabe ahora que la invasión de Afganistán fue para evitar la salida del gas de los Urales hacia Europa y China, además de tomar control del gran negocio del opio de la región producido a base de los cultivos de amapola.
También ahora se conoce plenamente la identidad de quién fingió ser Osama bin Laden y como fue que el Estado norteamericano pemitió escapar con su familia al verdadero Osama bin Laden cuyo tío era socio de la familia de Bush desde una generación anterior. Existen en la actualidad infinidad de hechos que demuestran el total control de los banqueros archimillonarios sobre todos los funcionarios públicos de los Estados Unidos y de muchas otras naciones del mundo que están bajo su mando oculto. Pero como el control que ejercen es muy peligroso, son pocos quienes intentan denunciar esta conspiración maléfica de la minúscula élite de la plutocracia global, cuyas maniobras se iniciaron desde el momento que la URSS dejó de ser el enemigo visible más peligroso del Imperio norteamericano con el que justificaba plenamente el gran negocio de las guerras planeadas por todo el mundo.
Para concluir esta hipótesis conspirativa de la ‘elite financiera global’ señalaré algunas de las ventajas que derivarían para todo el mundo si se llegase a quitarlos del control total del poder o por lo menos de crear un balance que tome en cuenta a los siete billones de personas que la habitan el Planeta: en primer lugar se acabarían las guerras planeadas por el Imperio estadounidense alrededor del mundo; desaparecerían las crisis financieras periódicas inducidas y ya no habría terrorismo de Estado.
En el aspecto tecnológico habría libre acceso a la cura de enfermedades como el cáncer y el sida, cuyas soluciones son conservadas en secreto por el Instituto Rockefeller; se liberaría la producción de autos eléctricos ecológicos, cuyo diseño apareció en 1996 y su producción se canceló por completo en el 2002. Se aprovecharían todas las aguas residuales y se prohibiría el uso del fluor. Bajarían los precios de los alimentos al desaparecer los monopolios propiedad de la Reserva, más infinidad de controles que dañan a la economía doméstica de la población mundial en general.
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