Las propuestas de Putin dejarían fuera a una gran cantidad de rusos ricos y educados. Ya que según las estadísticas oficiales, 543,000 rusos tienen una segunda ciudadanía o un permiso para residir en el extranjero según la agencia Bloomberg. Dice Alexei Navalny a dicha agencia que la mayor amenaza de este discurso es el regreso a la política de la era soviética, ya que cualquier votación para cambiar la Constitución va a ser un fraude.
Al frenar los poderes presidenciales, Putin abre tres caminos para él mismo después del 2024 que es el año en el que debe dejar la presidencia. El 1° es el de convertirse en primer ministro con poderes fortalecidos y permanecer por tiempo indefinido. Otro sería tratar de dirigir el país desde la silla del presidente del parlamento y la tercera sería el de gobernar tras bambalinas como líder del partido dominante del parlamento, tal como lo hace Kaczynski en Polonia.
Todas estas opciones requieren de un control continuo sobre el sistema político ruso, de modo que el parlamento siga siendo un organismo de un solo partido. En la actualidad esto parece algo difícil ya que cuenta con un poder casi absoluto del Parlamento (120 escaños de 170 en el senado y 341 de 450 en la Cámara Baja)