Los recientes reportes fiscales golpean mucho el atractivo de Trump, sobre todo entre votantes de la clase trabajadora en estados como Pensilvania, Wisconsin y Michigan que lo impulsaron en 2016 cuando peleaba la presidencia con Hillary Clinton.
En ese momento, unas dos terceras partes de los votantes blancos sin títulos universitarios apoyaron a Trump según el Pew Research Center, frente a solo dos de cada diez personas no blancas sin título universitario.
En una encuesta de Gallup de febrero del 2016 se mostró que los repubicanos que querían a Trump mencionaron su experiencia como el segundo motivo para apoyarlo, sólo por detrás de su condición de ser ajeno a la política.
Muchos de sus votantes señalan su éxito en los negocios como prueba de su capacidad e inteligencia y creen que Trump había renunciado a unas condiciones muy buenas de vida para servir como presidente, ya que le importaba mucho mejorar la vida de sus votantes.
Por su parte, Biden ha redoblado sus esfuerzos para mostrar a Trump como un charlatán que ha mentido siempre a sus votantes de la clase trabajadora y pretende presentar su orígenes en la clase media y no decir que todo su éxito proviene de la fortuna que heredó de su padre.