El Estado vs el Mundo Financiero

Desde que se inició, hace cuatro décadas, el dominio global del neoliberalismo se ha visto la tendencia de los bancos centrales a reducir las tasas de interés de los depósitos hasta llegar al campo negativo. Esto ha sido más notorio en los casos de Japón y de Europa. Por lo que surge la pregunta de cuál es el objetivo de estas tasas negativas.

Cuando un banco central reduce sus tasas de depósitos a terrenos negativos es para incentivar a los bancos privados a tomar mayores riesgos, prestando a tasas positivas en lugar de llevar sus depósitos al ‘banco central’. Asimismo se impulsa a los ahorradores a gastar más dinero o a comprar activos de riesgo – como las acciones – en vez de tener su dinero en cuentas de ahorro. Otro objetivo, menos común es el de utilizar este mecanismo como un factor de control sobre el tipo de cambio.

Considerando que la FED llegase a utilizar las tasas negativas como una solución al actual estancamiento de la economía implicaría que la autoridad monetaria más importante del mundo generara efectos negativos en todo el mundo, tal como se ha visto en Suiza, Suecia y Dinamarca en el 2015. En la Eurozona, el Banco Central Europeo inició la operación con tasas negativas en el 2014, por lo que los costos de los préstamos en Alemania se redujeron de 2.73% a 2.04% y en Francia de 2.22% a 1.73%, sin que se haya producido una reactivación en sus economías. Dichas tasas bajas se van a los bancos europeos con problemas de rentabilidad y a un mercado de crédito que no logra avanzar. Por lo que este fenómeno en el que se experimentan las tasas de crédito negativas podría conducir a una gran debacle del sistema financiero mundial.

Los hechos indican que el sector financiero ha dominado la política económica en las últimas cuatro décadas, en las que se desmanteló el sistema regulatorio de todas las operaciones del sistema financiero y bancario. De manera que durante estas últimas décadas los principales objetivos de la política fiscal fueron justo los mismos que tenía el capital financiero. Y en política fiscal ha sido prioridad generar un superávit primario para cubrir el pago de las cargas financieras. También los objetivos relacionados con el desarrollo económico y social quedaron subordinados a las necesidades del capital financiero.

Por su parte, la política macroeconómica luchaba contra la inflación, por lo que la política monetaria mantuvo siempre una tasa de interés capaz de contener la demanda agregada y frenar el incremento de precios al consumidor. Y en cuanto a los bancos y sus funciones de crear moneda, la política macroeconómica mantuvo una postura pasiva y redujo en forma radical todas las regulaciones del sistema bancario y financiero.

La teoría económica tradicional de Occidente siempre consideró que el banco central imponía los niveles de reserva necesarios para asegurar el funcionamiento de la banca privada. Pero en los hechos, la capacidad de los bancos para crear dinero de la nada siempre mantuvo a los bancos centrales a la defensiva. Y en lugar de que el FMI dictara los niveles de reserva necesarios en los bancos fue la actividad bancaria privada la que impuso la creación de reservas necesarias para poder mantener los niveles de actividad económica que requerían las distintas naciones del mundo.

Ahora mismo, varios países importantes del mundo han introducido las tasas de interés negativas y la tendencia podría seguir si no se logra la recuperación de los Estados Unidos. Pero la pregunta ahora es saber hasta donde llegará esa tendencia en el mundo. Según los analistas de JP Morgan, los bancos centrales de Japón y de Reino Unido podrían llevar sus tasas negativas a niveles de -2.7% y -3.45% , en tanto que la eurozona podría alcanzar tasas de -4.5% para el próximo mes de marzo, mientras que la FED podría imponer una tasa de -1.3%.

Esto afectaría mucho la rentabilidad de los bancos y sería la primera acción de la autoridad política sobre la rentabilidad del sector bancario privado. Aunque no todo el capital financiero es afectado por las tasas de interés negativas, gran parte de las actividades bancarias sufrirían un impacto directo. La causa es que las tasas de referencia del banco central siempre han sido una base para determinar los rendimientos en los mercados secundarios. Además de que con las tasas negativas, algunos fondos de pensiones y de compañías de seguros en el corto plazo ya han sido afectados.

Aunque el objetivo fundamental de las tasas negativas es el de luchar contra la deflación, quizá lleguen a erosionar la paridad cambiaria y la estabilidad del sector bancario y financiero de manera que aún se desconoce. Pero el hecho es que ahora mismo existe una fiera lucha entre el Estado y el mundo financiero cuyo desenlace se desconoce.

Adenda: Esta lucha entre el Estado y los organismos financieros y bancarios no es exclusiva de las naciones de Occidente, sino que acontece en todas las naciones y sociedades del mundo. Pero es lógico que el triunfo del Estado será más factible en aquellas naciones donde su Gobierno está sustentado en modelos autárquicos y dictatoriales donde no existe la libertad de expresión, ni diferentes comprensiones de los mitos culturales, sociales y políticos dentro de los que viven.

Es obvio que los Estados endeudados con sus causantes fiscales, como es el caso de la gran mayoría de los países de Occidente, el Estado no podrá salir triunfante en esta lucha donde se definirá el futuro inmediato del nuevo orden mundial.