El año pasado, Mark Blith, profesor de Política Económica Internacional de la Universidad de Brown en los Estados Unidos publicó un libro titulado ‘Austeridad. Historia de una Idea Peligrosa’ en donde señala que la crisis en Occidente no ha sido ocasionada por el gasto público, sino que es una crisis del sistema bancario. Si se recorta el gasto público el consumo per cápita disminuirá y la deuda de los particulares aumentará, por lo que los ricos tendrán que pagar más impuestos para que sobreviva el Estado. Dice Blith que es falsa la recuperación de las economías de los países de Occidente en los años recientes, sino que sucede un rebote similar al de un gato muerto lanzado al suelo desde un edificio, aunque rebote sigue estando muerto.
Según Blith los gobernantes de las naciones de Occidente saben bien que la austeridad es un falso señuelo que no funciona. Además mienten porque en una democracia es imposible ser sincero y confesar la verdad. La mayoría de la gente prefiere no luchar contra los grandes problemas de la sociedad donde vive, simplemente espera a que desaparezcan sin hacer nada de su parte. Durante los últimos cinco años Europa ha jugado a fingir que todo va bien. Los bancos siguen dando créditos a los particulares quienes a su vez fingen que algún día los devolverán.
Los bancos generaron un gran volumen de deuda privada y luego se socializó al absorberla el Estado, pero esa enorme deuda no la pagarán quienes la generaron, sino el resto de la población, pero nadie se atreve a decir la verdad. Se forma un círculo vicioso de mentiras, ya que los gobernantes en realidad no tienen salario y dependen de los impuestos que cobran y de las máquinas de hacer dinero de los Bancos Centrales. En el caso de Europa están en manos de los alemanes y en Norteamérica y sus colonias en las del Banco Central de los Estados Unidos que es en realidad un banco privado.
Si se compara esta crisis actual con la sucedida durante la Gran Depresión se observa que entonces no había servicios sociales y de redes de protección a civiles por lo que hubo una rápida producción de indigentes y los ‘indignados’ o movimientos sociales de esa generación aparecieron de inmediato. Así está ahora la situación en la mayoría de los países de Europa y en los Estados Unidos y sus colonias, por lo que al quebrar el sector público la mayoría de los jóvenes han tenido que regresar a las casas de sus padres. En la mayoría de los países de Europa el 40% de la población entre 25 y 35 años vive con sus padres y esa situación puede continuar así muchos años más.
Dice Blith que el primer reflejo de la crisis actual fue el estímulo a la economía tanto de los Estados Unidos como de Europa conocido entre los economistas como ‘el retorno del maestro Keynes’. Esto hace pensar que hubiera sido mejor haber mantenido el gasto público al mismo nivel de antes de la crisis, ya que la mayoría de los países de Europa existen inversiones en infraestructura que les permitiría seguir operando sus economías durante muchos años más, por lo que carece de racionalidad haber recortado esos gastos. La situación ‘de facto’ es que cuando todo el mundo recorta lo gastos del Estado al mismo tiempo el PIB cae y la deuda sube.
Sin dinero circulante no se pueden pagar los impuestos por lo que los Estados en austeridad tienen dos opciones: crear una regulación financiera o establecer ‘impuestos globales’. Mientras tanto, las tasas de interés han bajado en todo el mundo en los últimos 30 años y la iniquidad en los ingresos de las personas ha crecido en forma espectacular. Por lo que no tiene sentido pensar que la gente sin ingresos pueda pagar los impuestos y es necesario crear un nuevo equilibrio para mejorar los ingresos del Estado con el pago de mayores impuestos de parte de quienes tienen mayores ingresos.
Señala Blith que los ricos de los Estados Unidos pagan ahora mismo menos impuestos que en tiempos de Richard Nixon en los años setenta. En Inglaterra Cameron reaccionó bajando los impuestos de las grandes empresas para que los ricos no estuviesen pagando más impuestos proporcionalmente que las grandes corporaciones. Asimismo Sarkosy, el presidente de Francia pensaba en la refundación del capitalismo aunque en los hechos los grandes empresarios y banqueros se estaban recapitalizando con dinero público. La conclusión final de Blith es que el Estado se derrumbó en las tres últimas décadas y la clase política actual carece de futuro.
Adenda: Es un hecho conocido que todas las naciones del mundo están intentando reforzar la estructura de sus actuales Estados creando nuevas leyes para controlar a los más pobres y a los disidentes apoderándose de las empresas e instituciones que generan más ganancias y pueden aglutinar a las clases medias y populares. Por fortuna, este proceso se está moderando en función del equilibrio producido por las nuevas fuerzas multipolares de las grandes potencias, la demografía creciente en las regiones más pobres del planeta, la falta de producción de alimentos básicos y los grandes cambios climáticos que obedecen al momento crítico actual donde el sistema solar al transitar por su ruta en la galaxia ha modificado la alineación de su eje polar.
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