Dios bendiga América

Para quiénes no han tenido la experiencia de vivir en los Estados Unidos durante períodos de tiempo prolongados que les permitan compartir o por lo menos percibir el pensamiento colectivo y los conceptos de la vida de los estadounidenses, los complicados eventos mediáticos que han precedido a los actuales procesos electorales presidenciales del próximo mes de noviembre apenas dan una lejana idea tanto de su peculiar forma de pensar como de la complejidad y altísimos costos de sus sistemas judiciales, policiales y carcelarios descentralizados que les permiten convivir a etnias muy distintas con un alto nivel de servicios sociales y de seguridad pública.

Entre los principales elementos que integran el pensamiento colectivo de los estadounidenses están el concepto más primitivo de la familia formada entre dos personas de distinto sexo, un alto grado de religiosidad, sin importar mucho su origen, un acendrado concepto de la propiedad privada, un permanente derecho a pensar y a expresar su forma individual de pensar sin dañar a los derechos de los demás y la idea de que el ser humano debe tener una tendencia natural a superar su condición de vida doméstica y social. No obstante, no logra captar que para ello se requiere vivir en una sociedad que no esté centralizada y los gobiernos, con altísimos costos operativos atiendan las demandas específicas de cada sector y estén asociados con sus hombres de mayor poder económico.

Es por estas razones que los gobiernos que han logrado tener un alto nivel de control político en los Estados Unidos se han ido asociando durante poco más de doscientos cuarenta años con las principales familias o grupos empresariales que controlan a las diferentes ramas de generación de riquezas, como han sido los dueños de los bancos centrales que imprimen el dinero, los empresarios de la guerra y de los mercenarios, los que están involucrados en la generación de energéticos, quiénes producen armas de alto poder, los empresarios de la industria química, los productores de transgénicos, los del ramo alimenticio, quiénes están en las empresas del negocio de drogas, productos medicinales y hospitales, los del gremio de los seguros de vida y de salud, quiénes están en el negocio de la educación, la moda o el deporte, los nuevos grupos de la alta tecnología en la comunicación digital y ahora mismo los que buscan controlar los recursos que existen en el espacio exterior.

Esta fragmentación circunstancial del Estado norteamericano ha permitido que los gobiernos intenten concentrar su fuerza en determinadas regiones del País en donde existe una buena relación del Presidente, de su Poder Judicial o Legislativo con los banqueros, empresarios y los poderosos. Ahora mismo la candidata demócrata Hilary Clinton ha logrado el control de federaciones claves que le aseguran el acceso a la presidencia el próximo año y preservan el poder del Pentágono, Wall Street, las empresas de mercenarios que sirven a las instalaciones bélicas en infinidad de países en el mundo, los productores de armas para uso del Ejército y de particulares, más las empresas transnacionales que controlan gran parte del comercio en el Océano Pacífico. Asimismo, los paraísos fiscales dentro de los Estados Unidos y en diversas regiones del mundo que controlan gran parte del dinero circulante que no tiene sustento legítimo y va a alimentar a la economía criminal o a las fortunas ocultas de los grandes magnates.

Es obvio que a pesar de la increíble actuación de Obama para rescatar al País de la enorme crisis ocasionada por la estulticia y ambición de los Bush no fue suficiente y aún existe una gran cantidad de norteamericanos que disminuyeron sus ingresos cayendo a un nivel inferior a la clase media y piensan que nunca volverán a ascender en la escala social mientras sigan funcionando las mismas instituciones de siempre. Por lo que han escuchado las torpezas y las mentiras de Trump, el candidato de los republicanos, quién mediante un brillante manejo del medio televisivo ha logrado convencer a un buen número de votantes potenciales que un comediante que recibió una fortuna de su padre y la conservó mediante el engaño a sus asociados y a sus empleados ahora dice saber como dirigir al País que sigue siendo el líder mundial en la economía, las finanzas y posee la fuerza militar más poderosa del mundo.

Adenda: Desde mi personal punto de vista nunca aceptaré la forma de pensar de los grandes líderes políticos de los Estados Unidos y menos aún podré aceptar que el poder bélico haya sido el argumento fundamental de su enorme desarrollo económico. Tampoco creo que sobrevivirán durante mucho tiempo más las ideas que inspiraron a la fundación de la gran nación norteamericana, que han sido una mezcla del devaluado cristianismo de los cuáqueros con la prepotencia de los francmasones que pensaron ser los creadores del nuevo mundo.

Pienso que Hilary Clinton ha sido un personaje político típico del sistema político estadounidense que ha tenido la capacidad de adaptarse a todos sus cambios, aunque no debe perderse de vista que es una mujer con una inteligencia política excepcional y ha sido reconocida por los judíos, los halcones del Pentágono y los dueños de Wall Street. Pero carece en absoluto del apoyo popular de las grandes masas. Por lo que ha sido evidente que en la convención de los demócratas todo el esfuerzo se concentró en buscar el voto popular a través de religiosos, militares y artistas que creen poder llegar a las masas. No hay que olvidar al gran Groucho Marx, quien decía que el único sustento ideológico de la política estadounidense era la hipocresía.