Se Agotaron los Mitos de Occidente

Tal y como se presenta la geopolítica actual, todo hace pensar que los mitos creadores del estado democrático y republicano se han convertido en obsoletas visiones del mundo actual que ya no funcionan y que de forma rápida y dramática están encaminando hacia un colapso final a la gran mayoría de los países de la sociedad occidental.

Al fracaso político de los actuales gobiernos de los países occidentales habrá que añadir la grave crisis ocasionada por la aplicación de un sistema económico, financiero, monetario y comercial a nivel global que ha sido controlado desde hace más de cien años (1913) por un pequeño grupo de multimillonarios que tomaron el control del sistema monetario mundial mediante la emisión de papel moneda desplazando por completo el uso del oro y por la aparición de la economía criminal que actualmente maneja casi diez veces el total del capital mundial legalmente sustentado y va conduciendo al mundo entero hacia un colapso global que podría ser peor al sufrido en los años veinte del siglo pasado.

Si a esta situación crítica del orden mundial actual se añaden los graves problemas migratorios de Africa y del Medio Oriente hacia Europa, el inicio de la fragmentación de la Unión Europea con el Brexit, el fenómeno político de la ‘alt right’ con su populismo xenofóbico y el nombramiento de un payaso del medio televisivo sin cultura alguna, fanfarrón y xenófobo como presidente de los Estados Unidos, es casi imposible diagnosticar un futuro cercano sin violencia, sin radicalismos de todo tipo y en condiciones de paz, de equidad y de libertad.

Lo más difícil de toda esta situación es que el actual aparato político de la nación más rica del mundo pueda aceptar que su liderazgo económico y bélico ha llegado a su fin, ya que es una historia reiterativa en todos los grandes imperios de la Historia. Así mismo será muy difícil para las naciones emergentes como China, la India y Rusia desarrollar políticas adecuadas a los grandes cambios que ahora ocurren, ya que sus demografías enormes – que alcanzan el 70% de la población mundial – además de que las ideologías variadas de sus dirigentes no pueden adecuarse con facilidad a las creencias mitológicas y religiosas de Occidente que están basadas en un mito divino antropocentrista de hace doscientos años, mezclado con los erróneos conceptos científicos de la francmasonería, donde se controla al ser humano con una carga de culpas y de pecados desde antes de que nazcan.

Mientras las culturas de China y la India son esencialmente panteístas y los seres humanos tienen un valor similar al de los demás animales vivientes, el reino de los vegetales y de todos los materiales inorgánicos. Mientras que en la cultura rusa subsisten los criterios autárquicos de la época zarista y su líder comparte el poder con los grupos de mayor poder económico sin que se permitan grupos políticos disidentes, ni ideologías alternativas.

No cabe duda de que en una década o quizá en menos tiempo, las economías emergentes tomarán el control de la economía, el comercio, las finanzas globales y el mundo será controlado por nuevos paradigmas y por nuevos mitos, donde todas las naciones de Occidente pasarán a un segundo plano, ya que los líderes políticos de China y de la India tienen una cultura híbrida y conocen otras mitologías al haber sido educados y culturizados en las Universidades de Occidente y saben bien que una sola nación nunca podrá tener el control de toda la sociedad mundial, ya que existen infinidad de etnias y de mitologías que seguirán siendo desconocidas para la gran mayoría de los seres humanos vivientes.

Adenda: Ahora mismo es muy difícil hacer un diagnóstico de la geopolítica mundial en el corto plazo, pero es un hecho que todos los paradigmas del mundo están cambiando, aunque la mayoría de los humanos no lo percibamos. La xenofobia, el populismo, el odio hacia otras religiones y mitologías podrán dominar en los próximos años, pero no hay duda de que la sociedad humana no solamente resistirá esta gran crisis sociopolítica actual, sino que tendrá que prevalecer muchos siglos más.

Sólo se ve claro que ni las guerras, ni el populismo xenófobo, ni el odio hacia otras religiones y mitologías serán la causa de la desaparición del género humano, sino en todo caso la falta de control de la ecología del planeta, debido a que los principales líderes mundiales no han sido capaces de llegar a un acuerdo total al respecto.