15 M es un movimiento emocional

 

Zygmunt Bauman, sociólogo polaco que recibió el premio príncipe de Asturias de “Comunicación y Humanidades 2010” dictó una conferencia en Madrid el pasado Octubre 15 que se titulaba “¿Tiene futuro la solidaridad?”; justo a la misma hora que se realizaba la manifestación de los indignados en la plaza de Atocha.

El profesor Bauman, de la Universidad de Leeds ( Inglaterra ) cree que a la larga estas grandes manifestaciones masivas, heterogéneas y sin lideres lograrán reducir las injusticias, combatir los abusos del libre mercado actual y hacer mas equitativo al capitalismo financiero global; pero como individuo formado en las universidades del mundo Occidental no logra eludir el paradigma del mundo capitalista al considerar que no existe otra forma alternativa de convivencia en la sociedad humana.

Según Bauman, la causa fundamental de la crisis del sistema capitalista del presente obedece a la diferente naturaleza que surgió entre la economía y la política. Mientras que las fuerzas económicas se globalizaron, los poderes políticos continúan siendo a nivel nacional. De esta forma las fuerzas económicas… ‘arrasan las leyes y referencias locales y se convierten en una fuerza nefasta. De ahí que los políticos aparezcan como marionetas o como incompetentes, cuando no corruptos´

Bauman califica al movimiento 15 M como puramente emocional, por lo que sería capaz de destruir al actual sistema, pero inepto para llegar a construir algo. Todos coinciden en rechazar al actual sistema capitalista que los ha empobrecido y los ha vuelto infelices, pero nadie sabe realmente lo que desea. En los hechos en el mundo fragmentado actual que el llama ‘modernidad liquida’ las manifestaciones son episódicas y propensas a la hibernación.’

Se pregunta Bauman lo que se requeriría para hacer funcional al movimiento 15 M, ya que lo más importante de este fenómeno social es lograr que sus simpatizantes puedan sentirse solidarios e iguales, pero niega el individualismo creando miedos, que les impiden hacer frente a las adversidades.

Las gentes de este movimiento social – según Bauman – se sienten solas y amenazadas por la pérdida de empleo, la baja en los salarios y la dificultad para adaptarse al riesgo. Se sienten acosados por los cierres y despidos, las jubilaciones prematuras y la disminución de los salarios. En los EUA, el estrés genera tantos daños económicos como la suma de todas las demás enfermedades y llegan a costar 300 mmd anualmente, además de no dejar de crecer año con año.

No obstante, Bauman no se atrevió a señalar si este fenómeno social llegará a causar cambios definitivos en el sistema capitalista global actual, aunque prefiere pensar que habrá una transición, ya que aún cuando ahora se organizan con rapidez las protestas masivas a través de las redes sociales, él piensa que igualmente se frenan en muy corto tiempo.

Debido a que el movimiento social crece a través de la emoción, le hacen falta las ideas por lo que casi siempre no llega a ninguna parte. Es como una fiesta de carnaval en la que todo se permite, pero una vez terminada se regresa a la normatividad anterior.

Actualmente – dice Bauman – estamos en una etapa interesante de cambio social, pero pronto la crisis terminará y no hay duda de que el mundo será diferente, pero no se atreve a pronosticar el grado de cambio. En algunos casos y lugares estos movimientos han logrado importantes avances, pero no se pueden transferir a otras regiones y países por lo que teme que el 15 M acabe finalmente ‘en nada.’

No hay duda de que la hipótesis de Bauman sobre la naturaleza contingente y emocional del movimiento 15 M tiene un alto grado de credibilidad, ya que su origen y su organización dependen de la necesidad de los gobiernos europeos de buscar una justificación de su existencia, al margen de los aparatos electorales manejados por la massmedia y la hipermedia, cuando los hechos señalan que se le está dando vida artificial al capitalismo global desde hace más de dos décadas.

En donde no puede sustentarse Bauman es al tratar de homologar este movimiento europeo, creado por los poderes fácticos, con el fenómeno auténtico de los Estados Unidos conocido como ‘Ocupar a Wall Street’ donde no ha intervenido ninguna fuerza política ni organismo privado sino la pasión incontrolable de un sector de la sociedad que lo ha perdido todo, incluyendo sus mas sagrados derechos civiles y hasta su propia dignidad de ser humano.

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