Una nueva Historia

De acuerdo a los estudios neurológicos y antropológicos más avanzados de los científicos de la ‘tercera cultura’ como Penrose, Dawkins, Hawkings, Dennet y otros célebres ganadores de Premios Nobeles en las últimas tres décadas, una de las características fundamentales del ser humano de todas las épocas ha sido la de tratar de conservar su visión personal de los hechos de su pasado vivencial, aun cuando no le hayan significado un beneficio material. A través de la Historia ha sido una tendencia natural en el cerebro del ser humano la de utilizar casi exclusivamente su hemisferio analógico, ya que desde su aparición en la Tierra fue el elemento fundamental que le permitió subsistir en un mundo donde lo único que importaba era contar con una fuente permanente de los alimentos básicos

Con esta peculiaridad de la especie animal, además de su evolución hacia una posición vertical de su cuerpo, el ser humano logró un cambio fundamental en su visión del espacio físico creando para siempre una diferencia de perspectiva con las demás especies de animales existentes en la Tierra, permitiéndole un claro dominio sobre las demás especies y una demografía creciente. Mientras transitó de las primitivas etapas de la carroña, la cacería y el pastoreo hacia otras formas más evolucionadas de subsistencia como la agropecuaria y sus formas derivadas para producir y almacenar los alimentos básicos transcurrieron millones de años. Hace apenas dos siglos surgieron las tecnologías y las ciencias que le permitieron controlar en cierto grado el mundo físico y así el mundo evolucionó del paleolítico al neolítico, de la sociedad rural a la comercial, luego a la industrial y finalmente a la invisible sociedad digital del presente.

Esta breve síntesis de la historia de la sociedad humana obedece a que vive uno de los momentos de cambio más importantes de su Historia por lo que es conveniente compararlo con los grandes cambios que han existido, sobre todo desde que surgió el neolítico y se asentaron los grupos familiares existentes. Mientras se extingue la sociedad industrial está surgiendo una nueva forma de subsistencia en todo el mundo en la que van desapareciendo sus fórmulas tradicionales de producción de bienes y servicios. Eso hace pensar a la mayoría de las personas nacidas en los últimos dos siglos que la sociedad humana y sus valores fundamentales se están extinguiendo, por lo que instintivamente tratan de regresar al pasado, sin poder advertir el nacimiento de una nueva forma de sociedad humana y de una metodología diferente para lograr la convivencia con una mayor conciencia del gran daño causado por las guerras, la explotación de las tierras, la riqueza marítima, las materias primas minerales y los energéticos acumulados en el subsuelo.

Cuando los señores feudales eran los dueños de los terrenos agrícolas y de las vidas de los esclavos que las trabajaban, nadie pensó que hubiese otra forma alternativa para producir los alimentos básicos y generar la riqueza de los aristócratas. Pero de pronto surgió el comercio entre Oriente y Occidente. En la ruta que iba desde Europa Occidental hasta el Medio Oriente y China se instalaban los pequeños espacios de los mercaderes en las afueras de los castillos feudales y en pocos años los ‘burgos’ generaron más riquezas que las existentes al interior de los castillos, de modo que la sociedad burguesa desplazó a la feudal.

Obvio es recordar que los señores feudales muy pronto idearon las fórmulas idóneas para incorporarse a ese nuevo mundo comercial, ya fuese financiando a los monarcas de su región o al poder de la Iglesia cristiana. Entonces crearon cientos de monasterios donde se asistían a las diversas órdenes de ‘caballeros’ que cobraban los impuestos para los monarcas y la alta jerarquía eclesiástica. Esta etapa de la sociedad humana de Occidente ocurrió entre mediados de la Edad Media hasta ya entrados en el siglo 13, cuando ocurrió otro importante cambio estructural de la sociedad con el fenómeno cultural del Renacimiento en Italia que empezó a crear una nueva dimensión en el comercio internacional al inventarse nuevas técnicas de construcción y al utilizarse las obras de arte como elementos de transacción comercial y política, además de que surgieron los metales preciosos como monedas con vigencia transnacional.

Este orden mundial ‘de facto’ duró desde el siglo VI hasta finales del siglo XVIII, cuando se diversificaron las rutas comerciales con el uso de energías artificiales y surgía una nueva colonización en el mundo donde el imperio inglés se instalaba en las naciones con mayores reservas naturales y se empezaban a crear monedas oficiales en las grandes naciones. Durante casi dos siglos, la industria en general, incluyendo la de las armas fue la que estableció el dominio y el control del Planeta causando un daño irreversible en la ecología y en las fuentes acuíferas fundamentales.

A los Estados Unidos le tocó en suerte heredar el imperio bélico e industrial del Reino Unido a principios del siglo XX, cuando creó la fórmula más simple de todas para generar riqueza, al sustituir al oro por monedas de papel impresas en 1913. De esta forma unas cuantas familias se apoderaron de gran parte de las fortunas industriales e inmobiliarias de Norteamérica y de sus colonias, creando un imperio que apenas ahora empieza a derrumbarse. Ahora mismo sus principales aliados se han ido retirando y la fórmula de generar riqueza con papel moneda está ahora en plena declinación conduciendo al mundo hacia un cambio toral y enigmático.

La situación actual es que ya se ha iniciado una nueva estructura del orden mundial donde el eje global China – Rusia está explorando los territorios y las fuentes de energía que algún día pertenecieron a los Estados Unidos e imperios anteriores, por lo que no hay duda de que ahora mismo ya existe una nueva fórmula de convivencia humana que se podrá consignar como uno de los más grandes cambios en la Historia de la Humanidad.

Adenda.- El natural conservadurismo producido por el uso preponderante del hemisferio cerebral analógico está generando el momento más crítico de la historia contemporánea con la multiplicación de las fuerzas de la ultraderecha en todo el mundo y con el nacimiento de un nuevo fascismo impregnado de una absurda mitología xenofóbica que pretende imponer un estado policial global y legalizar las enormes fortunas de las familias archimillonarias que han controlado las fuentes de riqueza de la Tierra durante el último siglo. Por desgracia, México es una de las pocas colonias norteamericanas que aún siguen controladas por el tambaleante Imperio norteamericano.

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