Origen del Barroco (I)

El renombrado período barroco transcurrió entre los siglos XVII y XVIII, alcanzando su madurez en Italia hacia 1630. Sus dos fuerzas más importantes fueron la aristocracia y los campesinos en el mundo católico y su principal aportación fue en la arquitectura. Sobre todo en la Iglesia de la Contrarreforma fraguada en Trento y con figuras como Giacomo de la Porta, Maderno, Bernini y Borromini. Durante el siglo XVIII Italia perdió su protagonismo en Europa pero conservaba territorios donde concentraba una gran fuerza renovadora como Turín y Nápoles, particularmente en Piamonte. Mientras que Turín se convertía en el centro de máxima expresión arquitectónica con personajes como Guoreno Guarini, Filipo Juvovay y Bernardo Vitone.

En ese momento Alemania era una prolongación de la arquitectura romana pero más desenvuelta. En tanto que había países que no desarrollaban el barroco como Francia, Inglaterra y los Países Bajos. Aunque Francia contemplaba con entereza el barroco desde la llegada de Luis XIV y empezó a utilizar al barroco como una defensa del clasicismo y de la academia, creyendo que el Estado estaba representado por una arquitectura grandiosa, solemne y académica. Mientras que Inglaterra seguía con el estilo gótico de los isabelinos y los jacobinos, de quiénes surge el arquitecto inglés Iñigo Jones que adoptó el barroco y evolucionó hacia lo que ahora se llama ‘paeldionismo’ en los primeros años del silo XVIII.

De modo que el barroco quedó para siempre como un nuevo arte en todas las ciudades y las mentes del mundo de esa época.

El arte barroco es sin duda una de las mejores formas para aprovechar la creatividad y la imaginación del ser humano, de modo que pueda crear algo inmortal y muy bello. Este arte ha ido evolucionando desde el Renacimiento hasta el Arte Contemporáneo, ya sea por necesidades políticas, sociales o por incitación de los mismos artistas dejando una gran huella en la historia del mundo entero.

El barroco apareció en su época como una forma de apoyo a la religiosidad de la Iglesia Católica Romana par luego crecer en toda Europa en pintura, escultura y arquitectura. Ha dejado una gran huella en la historia de las artes plásticas hasta el presente y quizá seguirá vivo por muchos más años.

Adenda: Continuaré con otra fase del Arte Barroco en el siguiente capítulo.