En este siglo XXI se ha iniciado una nueva era en el mundo, donde sus principales cambios han sido la sustitución del poder bélico de las grandes potencias por el uso de la ´ética social’, la rápida transformación del comercio global y de sus rutas, la inteligencia artificial ocupando las fuentes de trabajo y de servicios alrededor de todo el mundo y la reconstrucción de los modelos de economía, de política, de leyes, de mitos y de cultura que aparecieron en el período de la Ilustración hacia fines del siglo XVIII, durante el gran Imperio de Francia que encabezaba Luis XV.

No obstante la inminente debacle del mito cristiano del capitalismo y de sus fórmulas elaboradas por el feudalismo y las monarquías iniciadas desde la Alta Edad Media, esta mitología aún sobrevive en muchas naciones de Occidente y del mundo entero que sufren una serie de problemas como la fragmentación de los continentes y de sus regiones con etnias y culturas diferentes, así como el aumento notable de la migración hacia las naciones más desarrolladas, el crecimiento de las clases sociales de menores ingresos, el incremento en los costos de los alimentos, de los medios de transporte y los conflictos ocasionados por la multitud de religiones radicales que consideran como sus enemigos a quiénes no comparten sus mitos y sus dioses.

Es comprensible que todos estos cambios en el mundo global actual actúen en forma negativa para la mayoría de los países subdesarrollados o aquellos que tienen economías precarias, pero no hay duda de que pronto también ocasionarán enormes problemas a las grandes naciones que durante más de doscientos años han explotado a las naciones débiles y han ocasionado la muerte de millones de personas con sus cruentas operaciones bélicas, comerciales y económicas que habían sido planeadas con antelación.

Otro cambio inminente en esta nueva era será la desaparición del ´estado nación’ o su fusión con otras naciones o culturas y la creación de un nuevo orden político internacional donde ya no exista la predominancia de las naciones y de las organizaciones transnacionales que surgieron de las dos Grandes Guerras Mundiales del siglo XX. Aunque ahora mismo es muy difícil adivinar cuál será el camino político del mundo actual, está muy claro que ya no será el que utilizó la sociedad humana durante el pasado siglo, ya que las consecuencias han sido funestas, debido a que no solamente desaparecieron las principales conductas positivas del ser humano, como la generosidad, la solidaridad, la búsqueda de la libertad, de la salud y del amor entre los semejantes, al margen de las etnias, de las religiones y de las mitologías regionales. Sino que además tuvieron un costo financiero enorme que dejaron a todo el mundo en bancarrota.

A pesar de que la ciencia, la tecnología, la ecología y el agnosticismo se están apoderando de la mayoría de las grandes poblaciones mundiales, no hay duda de que la sociedad humana actual seguirá sufriendo, aunque en un grado menor las conductas negativas que son intrínsecas al ser humano como el egoísmo, la megalomanía, el mesianismo, el narcisismo, la misoginia, la crueldad y la xenofobia. Pero es un hecho que la era mundial colonial ha llegado a su fin.

Otras grandes aportaciones de la actual era digital son el control de las emociones, la desaparición de la familia tradicional, la comunicación directa con los demás seres humanos, la intensidad del amor y la transformación del arte del volumen y del espacio en una nueva fórmula iconográfica que aún no se ha podido definir.

Como todos estos cambios suceden en el tiempo presente y con gran rapidez, es muy difícil que puedan ser percibidos por el ser humano promedio, quién está tratando de sobrevivir a los problemas de su particular vida doméstica y cada día se aleja más de la vida de sus sueños, de sus fantasías, de sus emociones personales y más aún de sus vivencias metafísicas.

Una gran ventaja en la percepción de la nueva realidad digital es que se cuenta con instrumentos que permiten conocer con rapidez lo que sucede y a que van desapareciendo la mayoría de los conflictos y de los odios que existían entre las diversas etnias, naciones y religiones, al grado de que se está estableciendo un nuevo orden mundial donde ya no predominan los mitos cristianos surgidos durante el Imperio Romano, sino la ética social del más viejo imperio chino, donde nunca hubo odio ni rencillas entre sus pobladores y el principal elemento existente era el respeto entre todos sus pobladores y la creencia de que todos sus dioses creados durante miles de años tenían afinidades profundas entre ellos y ninguno odiaba o despreciaba a sus semejantes.

Adenda: La geopolítica actual ha ocasionado que el nuevo mundo se haya configurado en un nuevo espacio terrenal que ocupa tres continentes, Europa, Asia y Africa. Eso ha propiciado que China, aliada con Rusia estén tomando el control total del nuevo mundo global sin utilizar, sino tangencialmente su poderío bélico a través de Rusia y que el futuro cercano se vea libre de conflictos bélicos y disminuyan los problemas ecológicos y religiosos.

Mientras que la India, con su masoquista política conciliadora controla a la población más numerosa del mundo de casi 1500 millones de seres humanos que están convencidos de que el tener mayores ingresos y propiedades no los hará más felices.