La Mitología Comparada es por definición el estudio comparativo de mitos procedentes de culturas diferentes, tratando de identificar temas y características comunes. La mitología comparada se ha utilizado casi siempre con fines académicos, con el propósito de seguir el desarrollo de las religiones y culturas, para proponer orígenes comunes a los mitos de culturas diferentes y para intentar diversas teorías psicológicas. Al comparar mitologías de diferentes culturas, los investigadores sociales intentan identificar las similitudes subyacentes y reconstruir una ‘protomitología’ Casi todas las teorías sobre la mitología siguen un enfoque comparativo y buscan similitudes entre los mitos. No obstante, los investigadores de mitología pueden dividirse entre quiénes enfatizan las diferencias entre mitos y los que señalan las similitudes.
Durante los siglos XVIII y XIX muchos mitologistas creyeron que todos los mitos mostraban signos de haber evolucionado a partir de un mito único, como fue en el caso del filólogo alemán del siglo XIX, Max Muller, quién pensaba que todos los mitos eran descripciones particulares del comportamiento del sol y luego habían sido distorsionadas con el tiempo hasta convertirse en historias sobre héroes y dioses. No obstante, la mayoría de los investigadores modernos sospechan de sentencias obsoletas sobre los mitos, con la excepción de Joseph Campbell, quién creó la teoría del ‘monomito’. Una de las más reconocidas en el mundo actual.
Los mitos han existido desde siempre y están en las raíces de cada pueblo. Son la base de la inmensa riqueza cultural. En el pasado remoto, los seres humanos encontraban en ellos pautas, ejemplos, consejos y vías para encauzar la trayectoria que deberían dar a sus propias vidas. Veían en ellos el camino que podía llevarlos al descubrimiento y a la realización del sentido de la existencia, para entender que somos parte de un sistema en equilibrio con los demás y con la naturaleza. En la actualidad ya no se da importancia a los cuentos que siempre tenían el mismo contenido refiriéndose a ese gran tiempo mítico anterior al nuestro. Nos gustaban porque nos hacían viajar a aquellas edades fabulosas, donde reinaban reyes sabios o malvados, princesas, monstruos, enanos y gigantes que atrapaban nuestra atención despertando esos mundos extraordinarios en nuestra imaginación que es la sede del recuerdo.
Joseph Campbell fue profesor de mitología y de religiones comparadas. Creía que existe un punto de sabiduría más allá de los conflictos, de las ilusiones y de las verdades con las que las vidas pueden volver a unirse. Encontrar este punto significaría realizar la gran unión. Campbell creía que esa era ‘la cuestión fundamental de nuestro tiempo’ y consideraba a los mitólogos como nuestros aliados decisivos en la búsqueda de respuestas definitivas. Su carrera de profesor empezó en 1934 en el Sarah Lawrence College, donde enseñó durante 40 años y donde en su honor fue fundada la ‘Cátedra de mitología comparada Joseph Campbell’.
Con sus trabajos, Campbell revivió la mitología. Decía que los mitos eran poderosos guías para el espíritu humano. Mostraba en su cátedra que los relatos mitológicos de todo el mundo eran iguales, aunque parecieran diferentes. Su verdad universal era siempre la misma, sólo que se narraba en diferentes tiempos históricos y de forma diferente. Su obra influyó en numerosos estudiantes, científicos, escritores, músicos y directores de cine. Uno de ellos fue George Lucas, quién inspirado por el libro de Campbell ‘El hombre de las mil caras’ rodó su obra maestra ‘La Guerra de las Galaxias’ (Star Wars).
Lucas había logrado en su extraordinario film la más poderosa y fuerte vuelta al clásico cuento del héroe. Era lo mismo que Goethe había dicho en el Fausto, pero que Lucas ha sabido expresar en un lenguaje moderno: el claro mensaje de que la tecnología no salvará al mundo. A pesar de las computadoras, de las herramientas digitales, no serán suficientes. Dice Lucas que tendremos que apoyarnos en nuestro verdadero ser y eso no es una ofensa a la razón. Decía Campbell que en el viaje del héroe no se trata de negar la razón sino de ejercer nuestra capacidad para controlar al ser salvaje e irracional que llevamos dentro. Luke Skywalker nunca fue más racional como en el momento en que encontró dentro de sí mismo las habilidades de carácter necesarias para enfrentar su destino.
Decía Campbell que ‘El fin del viaje del héroe no está en su identificación con algunos de los personajes o poderes que experimentó’. El objetivo final de la búsqueda no debe ser la propia liberación ni el propio éxtasis, sino la sabiduría y el poder servir a los demás. Una de las muchas diferencias entre una persona famosa y un héroe es que el famoso vive solo para sí mismo, mientras el héroe actúa para redimir a la sociedad.
Adenda: Quizá ahora mismo el mundo entero vive la crisis de identidad más grande de toda su historia, por lo que buscando el poder del mito es posible que logre sobrevivir y aun poder vivir para los demás como el caso del héroe mitológico de Star Wars.