Según el último informe del Servicio de Administración Tributaria, al 31 de diciembre del 2013, las corporaciones, las empresas y las personas físicas más ricas de México adeudan alrededor de 450 mil millones de pesos al fisco federal. Esto representa el 86% del gran total de la cartera de créditos fiscales y aproximadamente el 3.9% del PIB nacional.
La Secretaría de Hacienda revela que muchos de los grandes contribuyentes quienes pueden financiar litigios en contra de la autoridad fiscal pelearon el año pasado 314, 756 millones de pesos, equivalentes a casi el 61% de la cartera total registrada en la Sria. de Hacienda. Así mismo revela que en el 2013 la SAT tuvo que atender con sus recursos un total de 47,755 juicios derivados de querellas por créditos fiscales.
Aunque la SAT ganó 27, 452 juicios del total, también tuvo que atender otros 2, 866 por amparos contra la autoridad hacendaria y todos ellos financiados con recursos de la SAT. El reporte señala, como siempre, que se revelará la lista de las corporaciones, empresas y particulares que deben dinero al fisco y de los demandantes, eso no ha sucedido en el pasado y la lista de los causantes multimillonarios a quienes se les cancelaron 253 mil millones de pesos entre 2008 y 2013 aún no ha sido revelada.
Es por demás obvio que los Gobiernos de Fox y de Calderón ocultaron a esos delincuentes de alto rango y lo mismo está haciendo ahora el Gobierno de Peña Nieto. La realidad es que la mayoría de esas corporaciones son de capitales extranjeros y de empresas mexicanas asociadas con empresas extranjeras cuyas políticas fiscales las determina el Banco Mundial a través de sus funcionarios que ahora forman parte del Gobierno de México y de sus principales instituciones financieras con capital externo, el Banco de México y las instituciones que operan la economía del País.
Esta situación ha sido una triste realidad de los Gobiernos de México de las tres últimas décadas y ya lo hemos denunciado – a detalle – en numerosas publicaciones por este medio. Todo ello se ha hecho con legislaciones mal interpretadas por el Poder Ejecutivo en turno e instalación de fideicomisos y empresas del Gobierno en el extranjero en países sin regulación financiera internacional, pero el caso particular de ahora es patético, ya que el Presidente Peña Nieto presume de una ‘reforma energética’ que de acuerdo a sus declaraciones generará un crecimiento del 1% del PIB al final de su sexenio en el 2018, mientras que con el sólo hecho de cobrar el adeudo fiscal a los grandes capitalistas se produciría de inmediato un incremento en el PIB de casi un 4%.
Con esa fortuna, de inmediato se podría empezar a elaborar la infraestructura que requiere el País para que los inversionistas extranjeros viniesen a instalarse en México y atender al gran mercado estadounidense, así como la enorme cantidad de mano de obra que generaría la construcción de esas infraestructuras en carreteras, vías férreas, puertos, aeropuertos, desarrollos agropecuarios, fuentes acuíferas y plantas generadoras de energías renovables. Mientras Peña Nieto señala, sin información alguna, la posible generación de medio millón de empleos en este sexenio – cien mil por año – con el fraude de la ‘reforma energética’ que acabará con los recursos de gas ‘shale’ del País. A pesar de que los informes de la OCDE indican que México requiere generar un millón y medio de empleos por año para no derrumbarse aún más en la bancarrota del Estado, en el crecimiento de la economía criminal y en la explosión de problemas sociales violentos.
Lo más lamentable de la ineptitud del Gobierno de Peña Nieto es la hipocresía y la falta de patriotismo de quiénes lo llevaron al Poder, quiénes están convencidos de que la única forma de ver la realidad es la que coincide con los norteamericanos. A pesar de que la gran nación vecina se encuentra en un proceso de declinación total que podría ser terminal en unos cuantos años, ya que todas las actividades económicas para generar productos y empleos van desapareciendo para dar lugar solamente a la especulación financiera que emplea a muy poca gente perteneciente a familias de muy alto nivel económico y es un hecho el fracaso total del capitalismo financiero en todas las naciones de Occidente.
Es un dato conocido que la cantidad de personas en niveles de pobreza extrema es de 52 millones de personas en México y 46 millones en Estados Unidos, solo que existen dos pequeñas diferencias: en Estados Unidos representan el 10% de la población total y en México el 47% y mientras que el nivel de pobreza extrema en Estados Unidos es para quienes ganan menos de 10 dólares diarios, para México es de menos de un dólar por día. Por lo que México ya alcanza uno de los niveles de ingresos per cápita más bajos del mundo, con un creciente número de trabajadores informales, sin servicios sociales básicos y una economía criminal que ya controla gran parte de los territorios nacionales.
Adenda: Lo que para México significa un fracaso total de su sistema político y una degradación sin precedentes del nivel de ingresos de su población, para los Estados Unidos representa una oportunidad para deshacerse de sus desechos tóxicos y de sus alimentos ‘off grade’. Asimismo proporciona un campo de acción potencial para sus tropas desocupadas del Medio Oriente y del Norte de Africa. Sin mencionar que gran cantidad de empresas norteamericanas en decadencia podrían instalarse en México con atractivos incentivos fiscales, bajos costos laborales y nula vigilancia de la normatividad ecológica.
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