Las Crisis de la Democracia (I)

El fenómeno social que genera la crisis actual en casi todo el mundo occidental no es algo nuevo, sino que ya ha sucedido en el pasado reciente, principalmente entre las dos grandes Guerras Mundiales. Es por eso que intento en este artículo hacer una breve síntesis de lo que sucedió en las democracias occidentales cuando surgieron el marxismo y el fascismo en los primeros años del siglo XX. No es un fenómeno exactamente igual pero su elemento fundamental es que cuando se consolidan las naciones dentro de sus particulares mitos y creencias surgen problemas hacia el interior de sus gobiernos que los empujan a modelos políticos autárquicos, dictatoriales o por lo menos radicales que pretenden conservar sus legislaciones y sus sistemas de justicia a como dé lugar.

Cuando terminó la 1ª Guerra Mundial parecía que todo iba bien en los regímenes democráticos que se habían extendido por muchos países de Europa. Pero la realidad era que la democracia iba a sufrir la llegada de los regímenes autoritarios de un solo partido político ya fueran comunistas o fascistas. Y en gran parte de Europa central, oriental y meridional, la democracia fue sustituida por regímenes autoritarios o por dictaduras.

La consolidación de estos regímenes ocasionaría el enfrentamiento de las diversas democracias y el estallido de la 2ª. Guerra Mundial. También entró la crisis en los países de tradición democrática, debido a los problemas económicos que surgieron y al ascenso de partidos y de movimientos de corte totalitario comunistas o fascistas.

Después de la 1ª Guerra mundial la democracia, como forma de gobierno entró en crisis. Y dicha crisis duró hasta que estalló la 2ª Guerra Mundial que acentuó aún más los problemas económicos que habían sido generados por la crisis financiera de 1929.

Frente a la democracia como modelo político aparecieron dos formas de gobierno: el comunismo y el fascismo. Ambas formas eran totalitarias e hicieron desaparecer el pluripartidismo que era sustituido por un régimen de partido único. En ese período se le daba gran importancia al Estado y a poder del Gobierno creando las dictaduras.

En 1917 triunfó en Rusia la revolución marxista y este país se salió de la 1ª Guerra Mundial. Tras de una guerra civil se consolidó el poder comunista. Desde Rusia se organizó la Internacional Comunista que se extendió por toda Europa. Otro tanto sucedió en el sur de Europa, donde Mussolini controlaba e instalaba otro tipo de dictadura conocida como ‘fascismo’ que fue seguida por muchos países del sur y del este de Europa. Además surgieron dichos partidos en otros países occidentales.

Debido a la necesidad de un poder político fuerte durante la 2ª Guerra para que dirigiera la contienda, por lo que el poder ejecutivo casi quitó al legislativo. Después de la Guerra, el sistema económico liberal se identificó con el modelo político de la democracia, de tal manera que cuando la economía iba mal se culpaba al sistema político y así fueron apareciendo partidos de corte fascista o fueron ascendiendo los partidos comunistas, ambos opuestos a la democracia.

Hubo dos tipos de movimientos políticos que amenazaron la estabilidad del modelo democrático: los partidos fascistas que querían la abolición de los parlamentos y los partidos comunistas que liderados por Rusia siguen tratando hasta el presente de conquistar el poder a través de las revoluciones tratando de controlar el ascenso del fascismo económico.

Después de la crisis de 1929, los gobiernos de Europa del norte y del este intentaron frenar el ascenso de los partidos obreros con políticas sociales acertadas e integrando la democracia a los socialistas y a movimientos obreros moderados. Aunque esto no pudo hacerse en el sur y en el este, donde los distintos países se movieron hacia formas de gobiernos dictatoriales de corte fascista.

Algo diferente ocurrió con Francia que era el país que más sufrió con la 2ª Guerra. Desde 1917 gobernaba en Francia una coalición de partidos que iban desde los republicanos y radicales hasta la derecha extrema. Esta coalición intentó resolver los problemas económicos mediante préstamos que pensaba pagar con las indemnizaciones que debería recibir de Alemania en partidas anuales. Cuando en 1923 los alemanes no pudieron o no quisieron pagar la cuota anual de la deuda a Francia, su jefe de gobierno Poincaré ocupó el valle del Riehr alemán para cobrar la deuda.

Esto generó en Francia la separación de los comunistas, quiénes eran partidarios de la conquista del poder político por el proletariado y se separaron de los socialistas del poder burgués y sucedió lo mismo con sus sindicatos. Al fracasar la política económica, además de la subida de impuestos en un 20% se ocasionó la caída del gobierno y se convocó a nuevas elecciones nacionales.

En mayo de 1924 la coalición de radicales y socialistas venció en las elecciones y se formó un gobierno presidido por E. Harriot que llevaría a cabo una política laica y anticlerical. Pero la situación económica se agravó al crecer la deuda, la inflación, el paro laboral y la devaluación del franco. Al salir los radicales y quedar los socialistas en minoría se volvió a convocar a nuevas elecciones.

Los partidos de izquierda se unieron para formar un bloque antifascista que ganó las elecciones de 1936. El gobierno sería presidido por el socialista León Blum, quién realizó una gran labor social al controlar a obreros y a sindicatos. Consiguió el fin de las huelgas, subió los salarios y creó la semana laboral de 40 horas.

Adenda: En una segunda parte de este artículo se verá la evolución de las crisis de la democracia en Europa hasta los días de hoy.