Biden solo ha cambiado en parte la política de Trump en el Medio Oriente, al restablecer la ayuda económica y las relaciones diplomáticas. Sin embargo, siguen vigentes otras medidas polémicas de Trump, incluido el traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén.
Trump hizo que Washington considerara ilegales los asentamientos de Israel en Cisjordania y promovió con Netanyahu un plan para Medio Oriente que los palestinos consideraron como una conspiración en su contra.
Biden ha considerado la intención de volver a la posición tradicional de Estados Unidos, con la creación de 2 estados para israelíes y palestinos. Según Aaron David Miller, exnegociador de Estados Unidos para la región, la nueva administración de Biden le ha bajado prioridad a Medio Oriente y al tema israelí-palestino.
A su vez, dentro del Partido Demócrata de Biden ha surgido una ola izquierdista más proclive a los palestinos y a exigir presión sobre Israel en relación a sus asentamientos. Biden refuerza la falsa idea de que los palestinos instigaron el actual ciclo de violencia.
Esto no es un lenguaje neutral, señaló la representante demócrata, Alexandria Ocaso-Cortez el miércoles pasado.