Es un hecho visible que ahora mismo existe una lucha entre los distintos sectores de poder dominantes. Dicha pugna se ha resuelto en la forma de alianzas coyunturales en torno a ciertos eventos como los procesos electorales pero no se ha solucionado por fortuna con la formación de un bloque en el poder.
Se puede afirmar que actualmente el capitalismo está herido pero no de muerte y su fin está lejano todavía. La pregunta es ¿Qué pasará mañana después del coronavirus? Las respuestas están claras: la opresión y la explotación no se detuvieron, mientras la lucha por un mundo mejor y la política de la vida prosiguen.
De hecho, la solución es la de cambiar en forma radical nuestra relación con la naturaleza. Lo que significaría verla menos como un ‘recurso natural’ o ‘riqueza’ y más como ‘La Madre Tierra?. O sea cambiar las formas de producción, consumo y desecho de nuestros alimentos, cambiándolo todo.
Si somos parte de los afortunados que cuentan con un techo para pasar la pandemia debemos guardar todas las precauciones y cuidados para protegernos junto con nuestros seres queridos, pero sin dejarnos derrotar.