Según el Grupo de Investigación del Populismo de la Universidad Brigham Young, el 25% de los europeos votó en las elecciones pasadas por un candidato de un movimiento populista y los partidos de este tipo han triplicado su votación en los últimos 20 años.
Los contextos geopolíticos varían según la geografía, aunque los temas comunes son el nacionalismo y la antiinmigración pero no todo es derecha política. El hecho de que hayan surgido movimientos al margen de los partidos de izquierda como Podemos en España o Morena en México al margen de los partidos de izquierda tradicionales como el PSOE o el PRD muestra que el discurso populista es común a ambos lados del espectro ideológico de izquierdas y derechas.
En el libro titulado ‘Grano de Sal’ del politólogo alemán Jan-Werner Muller señala que Trump, Bernie Sanders, Marine Le Pen, Beppe Grillo, Víctor Orban, Recip Tayip Erdogan y Nicolás Maduro son prueba del auge del populismo en el mundo y establece varias hipótesis al respecto.
La 1ª. Es que el populismo no es parte auténtica de la política democrática moderna ni una patología causada por ciudadanos irracionales. Los populistas no están en contra del principio de la representación política, sino que insisten en que ellos son los representantes legítimos.
La 2ª. Tesis es que piensan que además de ser antielitistas son los únicos que representan al pueblo.
La 3ª. Tesis señala que los populistas dicen que representan al bien común, tal como lo desea el pueblo. Y basados en este argumento suelen enfrentar a dicho pueblo contra los funcionarios que fueron democráticamente electos.
La 4ª. Tesis es que a propuestas de la gente se realizan consultas populares, no para conocer la voluntad del pueblo sino para avalar lo que ellos definen como ‘la voluntad del pueblo’.
La 5ª. Tesis señala que los populistas gobiernan con la idea de que solo ellos representan al pueblo. Usan prácticas clientelistas corruptas y suprimen a la sociedad civil crítica. Además crean constituciones políticas para mantenerse en el poder y lograr perpetuarse como una auténtica voluntad popular.
La 6ª. Tesis dice que los populistas no deben ser criticados por lo que son un verdadero peligro para la democracia y para el liberalismo.
La 7ª. Tesis y última dice que el populismo no es un correctivo para la democracia liberal pero sirve para señalar con claridad cuáles segmentos de la sociedad no están representados. Por lo que el populismo debe hacer que los defensores de la democracia liberal piensen en sus fallas para tratar de corregirlas.
Adenda: Pasaré a una segunda parte de este tema donde veré los partidos populistas en EUA y en Europa.