Dice Picketty, el sabio economista francés que entre 1930 y 1970 Estados Unidos redujo mucho las desigualdades sociales. Quizá para no imitar a Europa que entonces se percibía como contraria al espíritu democrático. Y en el período de entreguerras mundiales creó un impuesto altamente progresivo sobre el ingreso y la herencia para establecer niveles de progresividad fiscal que nunca antes se habían utilizado en América.
Durante el medio siglo comprendido entre 1930 y 1980, la tasa de ingresos estadounidenses más alta (de más de un millón de dólares por año) promedió 82%, con picos de 91% entre 1940 y 1960 – de Roosevelt a Kennedy – y con Reagan descendió al 70% en 1980.
Aunque esa política no afectó el gran crecimiento de los Estados Unidos en la posguerra fue quizá porque no ayudaba a pagar a los ‘super gerentes’ que ganaban 10 millones de dólares al año en vez de 1. Hubo impuestos estatales con tasas del 70 al 80% durante varias décadas, mientras que en Alemania y Francia, la tasa no superaba el 30 – 40%. Por lo que hubo concentración de herencias americanas, sin guerras y sin destrucciones en Europa.
Además, los Estados Unidos establecieron un salario mínimo federal a principios de la década de 1930, mucho antes que los países europeos y cuyo nivel excedió los 10 dólares por hora a fines de la década de 1960 que fue por mucho el más alto de esa época. Fue el momento en que los Estados Unidos puso fin a la discriminación racial legal que aún existe en el Sur de su territorio. Todo esto provocó una alta resistencia, sobre todo en las altas élites financieras y en las franjas reaccionarias del electorado blanco.
En la década de 1970, los Estados Unidos estaban muy preocupados por la humillación sufrida en Vietnam y por el hecho de que los países derrotados en la guerra, con Alemania y Japón a la cabeza lo alcanzaran en su ritmo de crecimiento económico. También sufrían la crisis del petróleo, la inflación y los problemas de las escalas impositivas, de modo que Reagan navegó sobre todas estas frustraciones y en 1980 fue electo para realizar un programa que pretendía restaurar los orígenes del capitalismo mítico. Donde lo más destacado fue la reforma fiscal de 1986 que detuvo el aumento impositivo y redujo al 28% la tasa de ingresos más altos.
El programa de Reagan nunca fue desafiado por los demócratas. Ni Clinton, ni Obama que estabilizaron la tasa de ingresos en el 40% – el doble del promedio entre 1930 y 1980 – que generaron grandes desigualdades y enormes salarios, aunque ligeramente más altos que Europa, mientras que los ingresos se estancaron para las mayorías de la clase media.
Adenda: Continuaré con la historia en el siguiente artículo.