Ahora mismo existen serios problemas políticos en Europa: El Primer Ministro de Austria fue derrocado mediante un voto de confianza. En Alemania, los del Partido Verde persiguieron a los del Partido Social Demócrata desde el segundo lugar en el podio. En Rumanía el líder del partido en el gobierno fue condenado por corrupción y enviado a prisión. En Francia el partido de Chirac y de Sarkosy tiene sólo el 8% de los votantes. En Reino Unido sólo la Reina sigue en pie y los partidos en el gobierno representan menos del 25% de los votos totales. En Italia, la extrema derecha ha superado a todos los demás partidos y en Grecia, el Primer Ministro tuvo que hacer elecciones anticipadas. Todo esto sucedió entre el 25 y el 27 de mayo de este año.
En toda Europa los funcionarios políticos están sufriendo mucho. Algunos colapsaron, otros resurgieron y otros van sin rumbo alguno. Los votantes de la Unión Europea han estado unidos como nunca, ya que votaron según criterios nacionalistas donde señalan un mensaje de desconfianza hacia los partidos tradicionales y un deseo de renovación.
Los europeos compusieron un Parlamento en Bruselas a la imagen del panorama político de sus respectivos países que están quebrantados, son plurales, tienen mayor participación en la votación y están en pleno cambio político.
La Geopolítica hoy ha regresado a un mundo que ya no tiene nada que ver con la Guerra Fría, sino que es un mundo más anárquico, dónde Rusia y China pugnan por quebrantar la influencia de los Estados Unidos para buscar un reparto multipolar de poder. O sea que la Unión Europea tiene que pelear a fondo la carta de sus intereses geopolíticos o se situará en la irrelevancia.
Justo cuando se producen esos movimientos es que Europa debiera mostrar mayor solidez, ya que se está atascando en sus problemas internos. Lo mismo sucede con el ‘brexit’ y con los problemas causados por el enfrentamiento entre las autoridades de Bruselas y los gobiernos de Polonia, Hungría e Italia.
Todos estos problemas provienen de la nueva configuración internacional, el mayor nacionalismo, la amenaza de Rusia sobre Polonia y a que China encontró en Italia un socio apropiado para sus inversiones. Hoy Europa está sujeta al vaivén de las tensiones geopolíticas mundiales, entre las que destacan las grandes migraciones desde Africa y desde Siria.
La mayor división interna de Europa no proviene solo de las malas negociaciones entre Londres y Bruselas, sino de las relaciones con China y Rusia, así como del veto a Huawei en las plataformas del 5G. No obstante, el paso dado por Italia al integrarse a la Ruta de la Seda trunca la unidad dentro de la Unión Europea.
Además de que la decisión de Alemania de garantizarse el acceso al gas ruso a través de los dos gaseoductos Nord Stream. Cuando la política de la Unión Europea es de reducir la dependencia energética de Moscú. Todo esto hace imposible que Europa vuelva a unirse.
El resultado de las elecciones de mayo 26 definirá si Europa se va hacia la unidad o a la fragmentación.
Adenda: Según los datos conocidos hasta ahora de este proceso electoral es casi seguro que ocurrirá una fragmentación en Europa sin precedentes incrementada por la crisis política de Israel y de los Países Arabes.