Según Michel Wieviorka, la democracia no ha triunfado aún en Europa. Después del colapso comunista, los rusos avalan un poder autoritario susceptible a satisfacer las necesidades económicas y los empujes nacionalistas. Cuando un país se ve sometido a una amenaza real o inducida, los gobernantes responden pisoteando el principio fundamental de la separación de poderes.
Por otra parte, según Daniel Zovatto, en los últimos 40 años se ha registrado un gran avance de la democracia en América Latina, aunque subsisten déficits importantes, síntomas de fragilidad y desafíos. Pero hay razones para ser optimistas sin que se haya llegado a la meta final. O sea que se podría decir que la región está a ‘medio camino’.
Según Richard Joseph, la expansión de la democracia liberal en Africa se ha frenado por múltiples factores, entre los que está el auge de China, el autoritarismo ruso, el yihadismo y la relación entre la economía de mercado y los gobiernos no democráticos.
Ahora vamos a China con un modelo político alternativo para las democracias occidentales, dónde según Ivan Krastev este país está sometido a un régimen político demasiado autoritario pero a diferencia de Rusia dispone de un sistema basado en el principio de liderazgo colectivo que impide el autoritarismo personalista.
Además, sus políticas permiten mayor autocorrección que las rusas. Pero el hecho es que ni China, ni Rusia pueden servir como modelos de la democracia.
Adenda: Es muy difícil elaborar una hipótesis definitiva de lo que sucederá finalmente con la democracia en el mundo, pero todo hace pensar que vivirá una etapa muy compleja y quizá desaparezca para siempre de la faz de la Tierra.