China y Rusia vs. Estados Unidos (II)

Aunque los movimientos de Washington en Eurasia no son algo nuevo, el escenario de China para convertirse en la Primera Economía Mundial si lo es. Y amenaza con dar vuelta a la geopolítica marítima que ha configurado el poder mundial durante los últimos 400 años. Ya que en lugar de centrarse en construir una flota de alta mar como hicieron los británicos o una armada aeroespacial global como los estadounidenses, China se está metiendo hacia el interior de la ‘Isla Mundial’ de Eurasia en un intento de rediseñar con detalle los fundamentos geopolíticos del nuevo poder mundial, usando una estrategia sutil que hasta ahora ha logrado eludir a la cúpula del poder de Washington.

Después de varias décadas de preparación silenciosa, China ha empezado a mostrar su estrategia para hacerse del poder mundial en forma muy cautelosa. Su plan de dos etapas está diseñado para construir una estructura transcontinental para integrar a la ‘Isla Mundial’ desde adentro, mientras moviliza fuerzas militares para ir rompiendo con hábiles cortes el cerco de contención de los Estados Unidos.

El paso inicial ha sido el impresionante proyecto para crear la infraestructura económica del Continente, estableciendo una elaborada y costosa red de líneas de alta velocidad para transportar grandes volúmenes de mercancías, oleoductos y gasoductos a través de la amplia extensión territorial de Eurasia. Por primera vez en la historia el transporte transcontinental de carga crítica, como petróleo, minerales y productos manufacturados será posible a escala masiva y podrá integrar ese vasto territorio en una zona económica que se extiende a lo largo de 10,000 kilómetros, desde Shangai hasta Madrid. De esta forma Being espera trasladar el cerebro neurológico del poder geopolítico desde la periferia marítima hasta el mero corazón del Continente.

Los ferrocarriles transcontinentales están ahora modificando las condiciones del poder terrestre. No obstante, esta lógica geopolítica ha pasado desapercibida en Washington. De hecho, durante la última década, China ha realizado la mayor inversión del mundo en infraestructura. Cerca de 1 billón de dólares hasta ahora.

Entre 2007 y 2014 China instaló casi 15,000 Kilómetros de nuevas líneas de alta velocidad que son más de las del resto del mundo en conjunto. Su sistema transporta actualmente a 2.5 millones de pasajeros al día, a una velocidad promedio de 380 kilómetros por hora. Para el 2030 habrán más de 25,000 kilómetros de vías de alta velocidad con un costo de 300,000 millones de dólares que unirán a las principales ciudades de China.

Al mismo tiempo, el Gobierno chino empezó a colaborar con sus Estados vecinos en un proyecto gigantesco para integrar la red nacional a una red transcontinental. Desde el 2008, los alemanes y los rusos se unieron a los chinos para construir el ‘Puente Terrestre Euroasiático’ con dos rutas este-oeste, el viejo transiberiano al norte y una ruta por el sur a lo largo de la Antigua Ruta de la Seda a través de Kazajistán. Por la ruta sur más rápida viajarán contenedores de productos manufacturados de alto valor añadido, computadoras y partes de automóviles que recorrerán 10,782 kilómetros, desde Liepzig Alemania hasta Chongqing China en solo 20 días, casi la mitad de lo que tardan en barcos.

En el 2013, la empresa de ferrocarril alemana, Deutsche Bahn AG empezó a preparar una tercera ruta entre Hamburgo y Zhengghou que ha reducido el tiempo de viaje a 15 días, mientras que la de Kazakh Rail abrió una conexión Chongqing – Deusberg con tiempos similares. En octubre del 2014, China anunció planes para construir la línea de alta velocidad más larga del mundo con un costo de 230,000 millones de dólares. Y en solo dos días los trenes recorrerán los 6,920 kilómetros entre Being y Moscú.

China además está construyendo dos ramales en dirección suroeste y sur hasta el margen marítimo de la Isla Mundial de Eurasia. El presidente chino, Xi Jinping firmó un acuerdo con Pakistán para invertir 40,000 millones de dólares en el Corredor Económico China-Pakistán con autopistas, conexiones, ferrocarriles, oleoductos y gasoductos que sumarán 3248 kilómetros desde Kachgar en Xinjiong al occidente de China. Al terminar sus líneas ferroviarias a través de Laos y todo el sudeste asiático habrá una línea de alta velocidad para viajar desde Kunminq hasta Singapur en solo 10 horas.

Para capitalizar los planes de crecimiento regional de este asombroso proyecto, en el 2014 Being creó el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras y a lo largo de Eurasia se unirá con 14 países que incluyen a los viejos aliados de EUA, como Alemania, Gran Bretaña, Australia y Corea del Sur que han firmado como socios fundadores de ese banco. Y por último, Being acaba de revelar una estrategia para neutralizar a las fuerzas militares que Washington ha desplegado a lo largo del perímetro del nuevo Continente euroasiático.

Adenda: No hay duda de que el enfrentamiento entre China y Rusia con los Estados Unidos es por ahora el hecho geopolítico global de mayor importancia y que su duración y quién será el vencedor determinarán el futuro del nuevo mundo del siglo XXI. Aunque en las últimas décadas ya se percibe la declinación de Occidente y el ascenso de la ancestral ética social de China.